━Es solo una niña. Déjala enamorarse como todo niño.
La pequeña Emma vive enamorada, buscando un refugio masculino que nunca tuvo a lo largo de su infancia en Sunghoon, su primer y único príncipe azul. Pero, ¿por qué a Jay le molesta tanto?...
━AU...
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El frío era inmenso, ¡completamente espantoso en ese instante! y, ¿dónde se encontraba Emma? En el peor lugar posible para su salud en esas temperaturas.....
—Mio, yo te mato.— dijo temblando del frío.
La rubia amiga suya rió animadamente y enredó su brazo con el de ella.
—¡Es tu cumpleaños, disfrútalo!— dijo casi entre gritos, a lo que la azabache la corrigió con una pequeña sonrisa
"Mi cumpleaños ya pasó, fue en otoño y lo sabes." sonrió al ver la expresión de la otra. Esta parecía fingir demencia, como si no hubiera estado en su cumpleaños numero 16 unos meses antes. "¡No me acuerdo!" fue lo que salió de los labios de la rubia..
Esta estaba emocionada con la idea de donde estaban, pues, Emma le había hablado un poco de cierto crush en todos esos años que estuvieron juntas, los cuales casi llegarían a cuatro a finales de año.. Un suspiro salió de los labios de la Park, para luego encorvar la espalda y terminar por ajustar sus cordones. Luego, solo suspiró y miró a su amiga a su lado también sentada en la banca..
—¡¡A patinar!!— gritó emocionada, haciéndola reír con ternura
Ambas caminaron como pudieron hacia la pista, y al ya estar en ella, se comenzaron a desplazar por el hielo bajo suyo. El frío hacía temblar levemente a la azabache, mas la emoción de estar sobre una pista de patinaje era más grande que sus escalofríos.. Mio parecía estar pasándola genial también, pues igual era una amante de dicho deporte: el patinaje sobre hielo.
Era fin de semana, por lo que la pista estaba bastante poblada y debían tener cuidado al ser tan solo principiantes..
Reían y disfrutaban el momento con carcajadas ruidosas. No se preocupaban mucho por los demás. Pues había alguna que otra persona que estaba en la misma situación que ellas...
Emma, a pesar de reír con su amiga, también lo hacía de las personas que caían repentinamente. Sí, algo cruel, pero a ambas le resultaba gracioso, riendo bajo y en un bollito para no llamar la atención.
Buscaba a alguien más: otra "víctima" para echarse alguna carcajada, y alguien llamó su atención.....
Parecía patinar tan bien y con tanta elegancia, que sus ojos no se le pudieron despegar en ningún instante. Cada movimiento era delicado y llevaba gracia en sí, el balanceo de sus brazos, la mirada gacha, la cabeza recta y el mentón alto, el como sus pies se movían deslizándose por el hielo con fluidez y calma. La ropa deportiva y ancha que llevaba le daba un toque más urbano a sus pasos elegantes y meticulosos. Aquél cabello café, sus ojos, a simple vista, oscuros, mejillas con pecas casi invisibles y poca altura. Ese chico era un dios patinando....
La carcajada de su amiga Mio la había despistado de él, esta rubia solo se le acercó y se apoyó en su hombro tratando de no reír, mientras se cubría la boca con su manos cubiertas por guantes oscuros. Al parecer, Mio se estaba riendo de un niño pequeño. Lo cual le daba algo de culpa y buscaba frenar su carcajeo mientras se recostaba en su amiga. Emma también rió, pero por ella, por su incapacidad de dejar de reír. Al parecer fue demasiado la caída del pobre...
Con una linda sonrisa, finalmente la azabache llevó su vista hacia el patinador que se deslizaba por el centro de la pista. Abrazó a la rubia que seguía tratando de parar su risa y apoyó su mejilla derecha en la cabeza de esta, mirándolo solo a él...
Daba vueltas, flexionaba sus rodillas e incluso practicaba saltos bastante elaborados. Era hermoso.... Sin poder evitarlo, un suspiro salió de sus labios. Sin poder predecirlo, sus ojos se cruzaron con los del joven que la tenía cautiva en ese instante..
Su corazón volvía a latir descontroladamente. Igual a como lo hacía años antes con su amor de niños...
