HANIEL:Etereo I [En Pausa]

Capitulo #04

Hueco.

Mire a la rubia tenderme ropa y una toalla limpia, me encontraba en el baño de la segunda planta de la cabaña, confundido. parece ser que todo este día fue dedicado para estar más que desconcertado.

—Relajate un poco, soy Jane. Gracias por cuidar de Ámbar, nunca será suficiente para pagarte-una fugas media sonrisa se asomo en su rostro y me levanto una ceja—Solo Dios sabe de donde saliste pero, niño con esa cara ¿porque no eres modelo?-me ahogue con su pregunta y reí apenado.

—No tuve... la oportunidad.

—Ve a ducharte anda, que un poco de calor te vendrá genial.

Su manera de formular frases me resultó peculiar, aún así entre al bañó. Blanco y pulcro, sólo unos cuantos colores hacían un pop en mis ojos. Sin más suspiro y tiro de mi camisón para quitármelo. La ropa que traía era especial, ya que tenía un código para usarse durante las rebeliones. Armadura, túnica de nylon y debajo una mas delgada de algodón. La de nylon al retener el calor y proyectar el frío no dude al envolver con ella a Ámbar. Pero al hacerlo me expuse a que vieran mi herida de la espalda.

Mire la túnica que solo estaba agujereada, la sangre no la había manchado y me hizo hacer una mueca. La sangre de mi cuerpo no era roja, era dorada por lo que me hacía aún más vulnerable a especulaciones. Un espejo de cuerpo completo hizo que dudará de darle la espalda pero lo hice, con una lentitud exagerada gire mi rostro de lado para ver el reflejo.

Las ganas de vomitar me invadieron y mis ojos picaron al sentir las lágrimas en ellos, la sangre dorada se había mezclado con una poco de roja, signo de estar perdiendo mis poderes. La carne estaba abierta y seca por la temperatura.

Había algo aún más doloroso, la impresión de no tenerlas. Un grito salió de mi garganta pero mordí mi brazo para ahogarlo. Era horroroso, decepcionante y triste. Perder todo lo que me hacía yo por una vagueza, podia sentir mi estómago revolverse y la bilis estancarse en mi garganta. Aún así mis lágrimas estaban estancadas en mis cuencas, gire de nuevo y vi los restos de hueso en las heridas.

Con desesperación busque algo filoso para deshacerme de lo último que me quedaba de ellas, solo para poder sentir o encontrar mi yo de nuevo. Pero al ser un baño no había nada, además ni siquiera había un objeto lo suficiente filoso para cortarme a menos que fuera a dejarme un rasguño. Con una determinación dudosa acerque mis manos a los lados de él hueso tomando la piel ¿que podría rasgar mi dura piel? Mi misma piel, con fuerza tiro de ella aguantando un grito de dolor, hacia mucho que no sentía la piel expuesta. Con rapidez sacó el hueso.

Observó los restos en mis manos y siento mi boca babear por aguantar un sollozo, era horrible, no por el dolor de la herida, algo peor. Mi instinto, yo mismo estaba roto al igual que ellas ¿que soy sin mis alas? Ni siquiera puedo ser un ángel caído, no llegaría a esa categoría, no mancharía mi alma con odio. Buscar venganza no me traerá paz, no tendré la tranquilidad que siempre tuve de nuevo. Ya no soy Haniel...

¿Qué seré ahora? ¿Qué soy ahora? Supongo que ahora que mi esperanza está moribunda ¿ya no tendré un camino que seguir? Debería renunciar a mi alma, sería lo más cuerdo.

Ni siquiera el agua caliente puede relajarme, la herida en mi espalda punzaba, suspiro bajo el chorro de  agua y dispongo a limpiarme.

Estaba apuntó de cerrar la regadera cuando siento un latido extraño, después de este mis oídos se tapan y mi vista se vuelve borrosa. Inhalo aire pero mis pulmones se cierran impidiendo que pueda sentir el oxígeno en mi sistema. Como reacción empiezo ahogarme y pierdo el equilibrio.

El roce de mi espalda en la pared hizo que de mis ojos saltarán las lágrimas que tenía contenidas, las arcadas en busca de aire no paraban y el ruido de asfixia era más fuerte. En un momento de desesperación me golpeó el pecho con fuerza, sintiendo mis pulmones abiertos de nuevo tomo oxígeno con todas mis fuerzas. El golpe me dolió, más no me importaba.