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Al saber está noticia todo mi cuerpo y familia estaban felices, por fin hacíamos más grande a la familia aunque, algunos inconvenientes se presentaron.
~𝙿𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚘𝚜𝚖𝚎𝚜𝚎𝚜~
—Buenos días amor... —lo hice a un lado, necesitaba ir al baño urgentemente, unas ganas de vomitar se hicieron presentes en todo mi cuerpo.
Cerré la puerta y me puse en cuclillas en la taza de baño, tenía tanto asco de hacer esto pero mi cuerpo solamente saco toda la cena del día anterior.
—Tada, ¿Estás bien? —tocó la puerta.
Quería contestarle pero en ese instante el vómito salió de mi boca escuchándolo rebotar en mis oídos.
—Voy a abrir la puerta —escuche como se abría y no faltó mucho para que una mano se colocará en mi espalda y otra tomándome de mi pelo—. Saca todo cariño, estoy aquí para ti —me daba tanto asco que me viera de esta forma pero él me ha demostrado que aún así me seguirá amando.
Mis lágrimas recorrieron mis pómulos, cada palabra me afecta de diferente forma y las que salían de la boca de Tsukishima me hacían sentir tan feliz.
—Te traeré un poco de ropa para que te bañas, quédate aquí —se levantó y rápidamente fue a la habitación por una muda de ropa—. ¿Puedes bañarte tu solo? —baje el desagüe del baño y asentí—. De todas formas si te sientes mal llámame, estaré en el cuarto —salió del baño y cerró la puerta.
—«Me siento tan inútil» —me retire toda la ropa que tenía el día de hoy, abriendo la llave de la regadera provocando que cayeran pequeñas gotas en mi moreno cuerpo.
Hoy por fin iríamos al médico para ver qué todo estuviera bien, después de ya unas semanas desde nuestro acuerdo. Todo por el trabajo, de nuevo ambos estábamos algo presionados.
A la empresa todavía no le comentaba algo de mi embarazo pero cuando me entreguen los resultados podré presentar mi estado.
Por lo que me explicaba Iku, en los últimos meses de embarazo me darían incapacidad para así recuperarme al cien por ciento.
Salí de bañarme con mi ropa puesta y me dirigí a la habitación encontrando a Kei acostado mirando su teléfono.
—¿Te sientes mejor? —bloqueó su celular.
—Sí —sequé mi cabello—. Aunque todavía siento que voy a vomitar —suspire—. Esto si es difícil.
—Ven —su mano se acercó a la mía—. Te ayudaré a secar tu pelo —asentí y me acerque a él.
