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El día tan esperado había llegado, después de estar más de seis meses preparando está ocasión hoy se realizará la celebración en Miyagi. Decidimos hacerlo aquí porque fue la razón por la que nos conocimos y logramos salir.
Desde hace un tiempo no veo a Yamaguchi ya que decidimos que una semana antes de casarnos ambos nos iríamos a casa de nuestros padres para arreglar todo y vernos en la celebración. Todos estábamos tan felices que invitamos a demasiadas personas a mi parecer.
Mi cuerpo estaba tan emocionado por la llegada de este día y hoy por fin se cumpliría.
—¿Ya estas listo? —entró a mi habitación mi mamá cubriéndose la boca—. Te queda tan hermoso, me recuerda a cuando yo me casé con tu padre -sus lagrimas salieron.
—Todavía no estoy casándome y tu ya estas llorando —me acerque y la abrace—. Solamente guarda algunas reservas cuando este esperando a Tadashi —asintió y se separó de mi.
—Tengo que arreglar el maquillaje, no puedo ir así —asentí y ella salió del cuarto.
Acomodé mi corbata y agarre algunas cosas que llevaría, bajé inmediatamente a la sala esperando a que mi mamá terminara de arreglarse.
Unos minutos después note como alguien bajaba con un hermoso vestido, era mi madre. Aún tenía algunas lágrimas que limpiar pero nunca antes la había visto tan hermosa.
—¿Ya llegó tu hermano? —negué y en ese momento se escuchó como entro a la casa.
—Perdón, se nos hizo algo tarde —un niño de alrededor cuatro años abrazo por las piernas a mi mamá.
—¡¡Abuelita!! —detrás de él entró mi hermano y mi cuñada.
—Buenas tardes señora —dio una reverencia—. ¿Estás emocionado por tu boda Kei?
—La verdad es que sí, desde que le pedí matrimonio a Tadashi estoy nervioso pero a la vez tan emocionado —le sonreí. Ya llevábamos conociéndonos desde hace un tiempo así que ya contábamos con esa confianza al hablar.
—Vas a ver que todo va a salir muy bien —puso una de sus manos en mi hombro.
—¿Y no vas a saludar a tu hermano? —recibió una mirada de desacuerdo—. Siempre me tratas tan mal —su etapa dramática nunca se iría.
—¿Todos tienen sus cosas? —asentimos—. Entonces es hora de ir a la iglesia —una enorme sonrisa se le formó en el rostro.
—Ya tenemos nosotros la dirección ustedes vayan tranquilos en la parte de atrás —la primera en salir fue la esposa de mi hermano y por último nosotros viendo si todo estaba completamente cerrado ya que llegaríamos hasta el día siguiente.
