Harry sabía que los libros de runas eran solo una copia barata de los sellos, pero aún así eran sorprendentes, tanto para protección como para ocultación, algunos de los elementos que puso en su capa, mientras más aprendía más podía entender como unos simples garabatos pudieron contenerlo en cuerpos humanos, Susan aún trataba de aprender algunos de sus trucos, con poco éxito, pero no sé rendiría tan fácil, estas personas lo acogieron y está chica logro convencerlo de enseñarle algunos de sus trucos, empezó con algo sencillo, escalar árboles, todos los niños, sin importar el mundo, se decepcionaron al oír este truco, al menos hasta que dabas ejemplos más visuales, caminar verticalmente sorprendía a cualquiera.
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El día llegó, junto Susan, empacó para sus días de escuela, le daría este trabajo a sus clones, pero eso solo lo volvería un vago, no, prefería hacer estas cosas él mismo.
Con los sellos en sus bolsillos fue fácil llevar sus pertenencias a la estación de trenes, podía ver a muchos de los demás alumnos, fáciles de reconocer por sus equipajes y lechuzas, una chica llegó con la tunica de la escuela ya puesta. La entrada a la estación 9¾, era extraordinaria, cualquiera que sea el hechizo para hacer algo así quería aprenderlo, tener algo así en casa, en su habitación, sería útil para ocultar una habitación entera.
Para cuándo llegó a encontrar un lugar en el tren ya lo habían visto, los murmullos y las miradas de asombro no se hicieron esperar, solo pudo agradecer que el fanatismo del público disminuyó con los años, jamás desaparecería pero al menos no lo exageraban tanto, vagos recuerdos de un Naruto recibiendo regalos de sus fans le Dibujaron una ligera sonrisa. Harry estaba en una de sus típicas siestas, Susan se dedicó a leer un capítulo más de le libro de hechizos, todo estaba en un agradable silencio para los dos.
"Disculpen, ¿Han visto a un zapo por aquí?"
Un chico rubio, algo regordete, pregunto por segunda vez en dos horas.
"No, Neville, espera", Susan se levantó y con delicadeza despertó a Harry, "deja de hacerte el dormido, necesitamos tu ayuda".
"Bien, bien, dime qué al menos este sapo puede pelear o hacer algo más que solo ser una molestia constante"
"Ya te dije que no, es solo un sapo que me regalaron"
"Vamos Harry, solo trae su sapo".
"Hmm, ¡Bien!", Con un movimiento de mano varios sapos llegaron al compartimento "Toma tu sapo, los demás volverán con sus dueños".
"Sí, gracias", Neville tomo un pequeño sapo del grupo y se lo llevó, despidiéndose una vez más de Susan.
"Neville ama demasiado a ese sapo"
"Nunca me gustaron demasiado esas cosas", ser retenido por versiones gigantescas de esas criaturas siempre le dejo una irritación en el orgullo.
"Algún día encontraré una mascota que pueda contigo, y te prometo que la amarás".
"Sigue soñando, ahora, más vale que no me vuelvan a despertar o si no..."
Un chico rubio, acompañado de dos chicos de gran estatura, entro en el compartimento.
"Oí que Harry Potter estaba en el tren, ¿Lo han visto?"
"¿En serio?, Yo oí que llegaría en escoba, escoltado por los mejores aurores y un dragón, supongo que tendremos que esperar para verlo"
Los tres chicos se asombraron, no les tomo mucho creer esa mentira, sin más se dieron media vuelta y decidieron irse a su propio compartimento.
"¿No crees que exageraste un poco?"
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Harry Potter, El Demonio De Nueve Colas.
General FictionEl tiempo nos derrota a todos, incluso a una leyenda como Uzumaki Naruto. Un viejo Naruto, en El Monumento Hokage, vio pasar el que sería su último atardecer, con arrepentimientos pero con una sonrisa en el rostro se despidió el que fue el hombre má...
