-Hija -mi mamá entra a mi cuarto con una expresión un poco seria.
-Que pasa -me giro para quedar frente a ella.
-Tu abuelo quiere verte, tiene algo que decirte.
-¿Pero está todo bien?
-Si, todo está bien -me deja espacio para que salga del cuarto. -Anda vamos.
-Esta bien -ambas salimos de mi habitación hacia la sala.
Ahí estaba mi nana hablando con mi hermano, pero cuando me vieron llegar dejaron de hablar.
-¿Y bien?¿Que pasa?¿Donde esta mi abuelo?
-Anda con tu papá, pero ya vienen -el tono serio de mi mamá me preocupa. Se escuchó el sonido del cláxon del picap de mi papá y los cuatro nos levantamos al mismo tiempo de los sillones.
Cuando abrimos la puerta; mi papá estaba frente a ella, pero vimos el picap y esté traía una carreta de caballos.
-¿Y eso papá? -apunto a la carreta.
-Ven conmigo pequeña -me toma la mano y me lleva con él. Abrió la puerta de la carreta y mi abuelo estaba adentro sosteniendo una hermosa yegua color negro con una mancha blanca en su frente.
-Feliz cumpleaños corazón -mi abuelo se acerca a mi y me da a la yegua.
-¿Es para mi? -le digo sintiendo mis ojos llorosos.
-Claro que si mi niña -me abraza.
-Feliz cumpleaños cielo -mi abuelo me suelta y voy con mi papá quién me da un beso en la frente.
-Feliz cumpleaños -se escucha desde la puerta de la casa y mi mamá, mi nana y mi hermano se acercan a mi. Todos me abrazan y me felicitan. Nos quedamos todavía un ratito más ahí afuera.
-Vaya -mi papá voltea al cielo.
-Parece que se avecina una tormenta -volteo al cielo y después con la yegua.
-Eso es -todos me miran con algo de sorpresa, -Asi se llamará.
-¿Cómo hija? -pregunta mi mamá.
-Tormenta -les digo mientras la abrazo.
Empecé abrir mis ojos lentamente. Todo me daba vueltas, me dolía la cabeza. Se empezó a aclarar todo a mi alrededor y me di cuenta que no estaba en mi casa, si no en un cuarto de hospital. Me dolía todo el cuerpo, como si una estampida me hubiera pasado por encima.
-Mamá -pronuncio esas palabras muy débil.
-Oh cielo, gracias a Dios que despertaste -se acerca y me toma las manos. -Estábamos tan preocupados.
-¿Qué pasó? -aún estoy algo mareada.
-Tormenta y tú tuvieron un accidente hija -ante su respuesta abro más mis ojos y comienzo a recordar. -Te tuvieron que operar la pierna por que te la fracturaste.
-Tormenta ¿Cómo está? -trato de levantarme un poco, pero mi mamá me detiene.
-Tranquila hija -hace que me vuelva a recostar. -Tu papá y tu hermano fueron a verla.
-¿Dónde está? ¿Quién la tiene?
-Está en el rodeo -me acomoda el cabello. -Anoche vino un muchacho a preguntar por ti -abro los ojos y la miro extraña por lo que acaba de decir. -Y de paso les dijo que Tormenta estaba en uno de los corrales del rodeo.
-¿Un muchacho? -ella asiente. -¿Que muchacho?
-Un tal Pablo no se que.
-¿Pablo? -me pongo a recordar. No conozco a nadie que se llame asi, excepto al vaquero que me topé ayer en las escaleras, -Ay no creo que sea él -digo en mi mente -Ni siquiera lo conozco, no tendría motivos para venir a verme ¿o si? - «Claro que si tonta, quién si no» me grita mi subconsciente. Trato de recordar su apellido. -No será Pablo Ramírez mamá.
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Trueno de vida
RomancePaloma Castillo una chica que ama el rodeo hará su debut en la carrera de barril, junto a ella un joven jinete de toros llegó de Rosarito para participar en el rodeo. Un accidente los va a unir, pero otro accidente los podría separar para siempre. ...