Esta vez me fui un poco más temprano a la oficina. Al llegar, Layla me puso al tanto de todos los proyectos que tenemos.
-Los señores Ballesteros quieren que usted personalmente supervise cada detalle de la obra.
La miro sorprendido.
-¿Quieren que vaya a Los Cabos?
-Asi es señor -mira su agenda.
Cierro mi carpeta y recargo mi espalda en la silla.
-Esta bien Layla, gracias. Puedes retirarte.
-Si señor -se dio la vuelta y se acercó a la puerta.
-Cuando llegue mi papá le dices que venga a verme.
-De acuerdo, con permiso -salio de mi despacho.
Me puse a revisar toda la información del sitio y los detalles sobre el hotel, viendo los planos que me mandaron corregi unas cuantas cosas y le hice unas nuevas mejoras.
Los dos golpes en la puerta me hicieron que dejara de ver lo que estaba haciendo.
-Adelante.
Mi papá entra y se sienta en una de las sillas frente a mi.
-¿Para que querías verme hijo?
-Layla me acaba de informar que tengo que viajar a Los Cabos esta semana para supervisar que el hotel de los Ballesteros se construya de manera correcta.
Se mantiene con un semblante relajado y serio.
-Y la verdad no se cuanto tiempo esté por allá. Aun tengo algunos proyectos que resolver aquí y...
Me corta y se levanta.
-Tranquilo hijo, tú ve al viaje que yo me encargo de formar equipos para los demás proyectos.
Suelto un suspiro.
-Muchas gracias papá.
-No tienes de que hijo.
Me acerco a él y le correspondo al abrazo que me da.
La mañana siguió transcurriendo como siempre y ya me sentía un poco agotado. Fui a la cocina a despejarme un rato y dejar mi encierro en esas cuatro paredes, al entrar ahí estaba Layla tomándose un café. Cuando me vio se puso de pie y señaló la cafetera.
-Si, por favor -me senté a una lado de su silla.
Puso la taza frente a mi.
-Gracias -la tomo y le doy un trago no sin antes soplarle un poco.
Espero a que se siente y me giro un poco a ella.
-¿Como sigue tu mano?
-Bien, la pomada que me puso me sirvió mucho.
-Me alegra que te haya servido.
Ambos le damos un trago a nuestro café.
Sentí como se empezaba a mover mi celular en el bolsillo de mi saco.
-Disculpa -le digo sacando mi teléfono y poniéndome de pie.
Es una llamada de Carlos. Sin dudar contesto.
-Ey ¿que onda carnal? -salgo de la cocina y voy a mi despacho. -¿Todo bien?
-Simón carnal, solo te hablaba para que fueramos al rancho en la tarde para montar un rato ¿que dices?
Miro el reloj de mi muñeca.
-Pues aun tengo unos pendientes, pero a las 5 les caigo allá.
-Ya estas bro, le avisaré a Oscar.
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Trueno de vida
RomantizmPaloma Castillo una chica que ama el rodeo hará su debut en la carrera de barril, junto a ella un joven jinete de toros llegó de Rosarito para participar en el rodeo. Un accidente los va a unir, pero otro accidente los podría separar para siempre. ...