Era el Día de mandrágora por la mañana. Hieciar despertó en la cama de una habitación totalmente blanca, repleta de estanterías llenas de hierbas, libros y botes extraños. La ventana estaba abierta y dejaba pasar el fresco de la mañana. A lo lejos, las voces de profesores y alumnos se escuchaban, eran tan leves pero lograban opacar el cántico de los pájaros que tenían su nido en el árbol cerca a la ventana. El reloj de fuego marcaba las 10 de la mañana. Hieciar se giró a un lado y vio a una chica de unos 30 años sentada frente a un escritorio. Esta chica no era más alta que el profesor Rebol o Draco, tenía pelo castaño y liso, llevaba gafas y una bata blanca con el símbolo de la escuela. Debajo de la bata parecía llevar una falda azulada y una camiseta a cuadros. Esta al percatarse del despertar de Hieciar se levantó del escritorio dejando caer unos cuantos papeles que parecía estar rellenando.
-¡Has despertado! Eso es bueno. ¿Cómo te encuentras?
-Doctora Eka, ¿no es así?
-Preferiría, Eka a solas. Lo de doctora, no me gusta. Intenta levantarte.
-Es la enfermedad de mana por la que estoy aquí, ¿no es verdad?-dijo Hieciar levantándose y quejándose un poco del dolor muscular.
-Tus compañeros te trajeron ayer. Estaban muy preocupados por ti-Eka comenzó examinar los ojos de Hieciar y a tomarle el pulso.
- ¡Lo sabía! ¡Eso quiere decir que lo conseguí!... ¡Auch!
-No te muevas. Luego tendrás tiempo de celebrar, pero ahora déjame revisarte- Eka puso su mano en la espalda de Hieciar-. Aún no te has recuperado del todo, pero por el momento deberías estar bien. ¿Qué le sucede a ese tonto de Draco? Es el segundo alumno de primero que viene por enfermedad de mana en menos de una semana.
Hieciar solo pudo reír incómodamente. Eka quitó la mano de la espalda de Hieciar y comenzó a rebuscar en uno de sus estantes.
-Usaste una gran cantidad de mana. Incluso más que tu otro compañero. Por el momento no quiero que utilices magia durante todo el día. Tu cuerpo aún no se ha recuperado del todo. Tómate uno de estos y mañana estarás como nuevo-dijo Eka dándole a Hieciar un montón de hierbas prensadas en una pequeña esfera-. Sabe mal, pero te ayudará a recuperarte.
-Sí, ¡muchas gracias!... ¡Ah! ¡me tengo que ir! La clase del señor Draco no empieza aún, si me...
-Vas a entregarle tu cántico, ¿no es así?
-¡Sí tengo que darme prisa!
-Pues nada, ¡ve que llegas tarde!-dijo esbozando una pequeña sonrisa- ¡Ah! ¡Y felicidades!
-¡Gracias! ¡Me tengo que ir!
Como alma que lleva el diablo Hieciar salió de la academia y se dirigió a la residencia donde fue recibido por Nova una de las doncellas que estaba regando las plantas que adornaban la entrada y las ventanas de la academia.
-Joven Hieciar, ¿Qué tal se encuentra?-dijo Nova preocupada-. Oí que cayó víctima del mana.
-Sí señorita Nova, aunque ahora me encuentro bien.
-Me alegro, aunque debería descansar y comer algo.
-¡No! Ahora estoy ocupado, tengo que llegar a tiempo a clases de prácticas o si no, no podré entregarle mi cántico.
-¡Oh! Casi se me olvida. Felicidades señorito Hieciar por conseguir su primer hechizo. Siempre supe que lo lograría.
-¡Gracias! ¡Aunque ahora, si me disculpa, subiré a mi habitación que se me hace tarde!
-¡Si necesita algo, no dude en pedírmelo!-gritó la joven Nova a un Hieciar que subía las escaleras del segundo piso desesperadamente.
-¡Lo haré!
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Hieciar y el incidente en festival de los Doce
FantasyEs el primer año de Hieciar en La Gran Academia de Magia del sur del Reino de Oneiro. Hieciar junto a sus amigos, se esfuerzan por mejorar su habilidades mágicas durante el primer semestre... o algo así... Todo iba bien, hasta que llegó el segundo d...