La quinta sesión continuó en clases, la sexta empezó poco después, la séptima fue agotadora y la octava matadora.
La octava sesión, Introducción a la Tecnomagia, concluía el primer día de los estudiantes de primer año en la academia. Había llegado el momento en que los alumnos conocieran las habitaciones donde iban a vivir durante todo el año escolar. Para guiar a los estudiantes a sus aposentos, se encontraban las fieles doncellas de la academia. Su porte elegante y gran belleza las caracterizaban. Aunque muchas chicas aspiran a ser doncellas de una de las cuatro academias mágicas del reino, no cualquier chica podía llegar a serlo. Para lograrlo, debían pasar por un riguroso proceso de selección, en el cual la academia no solo evaluaba su destreza en los quehaceres del hogar, si no también sus habilidades mágicas, pues ellas estarían a cargo de sus alumnos durante sus cuatro años de estudio. Ellas cuidan, protegen y guían a cada alumno de la noble academia, esa es su misión principal. Y este año, el proceso de selección había sido mucho más duro y riguroso que otros, por lo que la academia garantizaba de que eran lo mejor de lo mejor.
Cuando la octava clase acabó, la puerta del salón se abrió dejando apreciar el bello rostro de la doncella más importante de todas, la Doncella Jefe, la cual se encargaba de coordinar a las demás. Cada paso que ella daba, rebozaba elegancia. Su fino rostro, ojos marrones y cabello castaño extremadamente largo, embelesó a los estudiantes. Ella se paró en medió de la clase y con una voz dulce dijo:
-Encantada de conocerlos. Mi nombre es Eco y estaré a vuestro servicio.
Eco llevaba un vestido de sirvienta que la hacía ver mucho más linda. Su mirada fría y penetrante se clavó en cada uno de los estudiantes. Los chicos no podían dejar de admirarla mientras que las chicas no podían dejar de sentir un poco de envidia por los atributos físicos de la doncella.
-Por favor, cuando estén listos, síganme, os llevaré a vuestras habitaciones-dijo Eco saliendo de la clase esperando fuera de ella, mientras los estudiantes recogían sus cosas.
-¡No se olviden revisar los pergaminos que os di!-dijo la excéntrica profesora de tecnomagia.
Hieciar comenzó a recoger sus encuadernados y los metió en su pequeña mochila hecha a base de tela de mala calidad, pero se disimulaba muy bien por una hecha por un maestro. Hieciar miró a su compañero de enfrente y vio que la suya estaba hecha a base de fibras de plantas. Ioni, por su parte llevaba una hecha de cuero tintada en blanco y con varios dientes de bestias desconocidas adornándola. Emoga llevaba una muy oscura hecha a partir de piel negra y escamosa. Aunin llevaba una bolsa tela fina, pero resistente de color celeste y Nirado llevaba un mochila de aventurero de esas que venden en los bazares de los reinos.
Aunin se acercó a Hieciar mientras este se ponía su capa. Tenían planeado ir juntos, a ver qué habitación les había tocado. Ambos especulaban y debatían a ver si les iban a tocar habitaciones contiguas o quizás separarían a los chicos de las chicas, pues nadie de la clase sabía cómo sería el proceso.
-¡Ja! Me temo que no vas a poder estar cerca de tu nuevo amigo señorita-dijo Nirado acercándose por detrás como de costumbre.
-¡Oye, nadie te invitó a nuestra conversación!
-Yo también ahora soy amigo de... ¿Cómo era tu nombre completo Ie?
-¡Hieciar! ¡Me llamo Hieciar!
-¡Eso!... como iba diciendo tu no vas a tener a Ie de compañero de habitación señorita. Mi padre me dijo que aquí dan las habitaciones por orden de nombre. Eso quiere decir que tu señorita eres la primera, y tu mi amigo el décimo.
-Espero eso quiere decir que tendré a mi lado a... ella-dijo Hieciar señalando a Ioni.
-¿Le tienes miedo?-dijo Nirado riéndose un poco.
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Hieciar y el incidente en festival de los Doce
FantasyEs el primer año de Hieciar en La Gran Academia de Magia del sur del Reino de Oneiro. Hieciar junto a sus amigos, se esfuerzan por mejorar su habilidades mágicas durante el primer semestre... o algo así... Todo iba bien, hasta que llegó el segundo d...