Capítulo 27: Entregándonos

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Fortaleza de la soledad

Podemos ver un camino de ropajes de Goku y Kara. En la habitación de la Kryptoniana, ambos estaban recostados, desnudos bajo la manta que los recubre.

Estando en el séptimo sueño por el agotamiento ejercido al entregarse el uno al otro.

Pero sé que se preguntarán, ¿Cómo quedaron en esta situación? Pues...

En la mañana:

Departamento de Goku:

El saiyajin ingreso por la ventana, tuvo una emergencia muy temprano, apenas al despertar tuvo que volar hasta Alaska.

Caminó hasta su habitación, en menos de un segundo volvió a salir vestido de civil, tan solo contó hasta tres y sonó el timbre.

Al abrir, la vió con una sonrisa hermosa, la más hermosa de todas.

Al abrir, la vió con una sonrisa hermosa, la más hermosa de todas

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- Buenos días, ruiseñor - saludó con emoción la Kryptoniana.

- Buenos días, dormilona - regresó el saludo el saiyajin.

Ambos se observaron fijamente. Kara miró si había alguien por el pasillo, pero no, nadie.

- Me quede dormida, lo siento - se disculpó, ya que por eso el saiyajin tuvo que resolver el solo el problema en Alaska.

- Jejejeje, descuida. Pero te advertí que eso pasaría si te seguías trasnochando junto a Eli en ver sus dichosos Doramas - dijo el saiyajin.

- Mira quién lo dice. El chico que recuerdo que no durmió por toda una semana por no perderse ni un capítulo de su anime favorito - dijo Kara con las mejillas infladas.

- Solo hay una forma de saber quién es más apasionado - dijo Goku.

- ¿Ah sí? - preguntó Kara con falso desentimiento, pronunciando cada letra de tal manera que te daría un paro cardíaco por la emoción y algo más.

- Sí - reiteró el saiyajin, pero sin darle tiempo la tomó de la cintura, cerró la puerta con su pie. Por consiguiente se recostó junto a Kara en el sofá.

Y la "torturó" de la peor manera, provocándole cosquilleos.

Kara no paraba de reírse y retorcerse por las cosquillas. Goku era muy hábil en ello, desde adolescente le gustaba causarle esa sensación.

- Jajajajajaja....RAO...... jajajaja - trataba de hablar la Kryptoniana, pero no podía.

- No te escucho - dijo el saiyajin al seguir en su acción.

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