⋆ 𝑭𝒂𝒍𝒍𝒊𝒏𝒈 ⋆

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💚🍵🍃✨❤️

Han pasado ya siete días.

Siete días metido en esta habitación.
Siete días llorando con mis recuerdos.
Siete días desde que que tengo el corazón roto.

Mañana es su boda.

He escuchado a mis padres hablar de ello. Inclusive han discutido por la ropa que llevarán puesta. Ninguno de los dos se inmutó por preguntarme si yo iría y ambos se levantaron de la mesa arrojándose maldiciones uno al otro.

Yo también arrojo con fuerza lo que quedaba de comida. Logro lastimarme con el cristal al hacerlo trizas y la sangre sale a montones de la palma de mi mano. Una de las mucamas viene a auxiliarme.
Aunque, el dolor de este cristal incrustado no es para nada parecido al que siento en el interior.

Cada vez que lloro, lo hago por una sola persona. Misma me aparece cada que cierro los ojos, cuando recuerdo su melena negra, su pestañeante mirada y esos labios que matan.

Hay veces que me gusta torturarme a mí mismo, y salgo al balcón para intentar verle (si es que sigue la ciudad) y nunca he tenido éxito.

Al cabo de un rato, papá sale de la casa hecho la furia. Seguro que ha quedado con alguna amante. Mamá también se pone guapa pero ella sólo se pone a beber en su habitación.

Me abrazo las piernas y me dejo caer  en un rincón de la habitación. En otra época, habría salido de casa, cruzaría la calle y buscaría a mi mejor amigo.

Xiao Zhan era mi refugio. Y yo todavía lo necesito.

💚🍵🍃✨❤️

Hoy es el día.

Aunque intento levantarme con normalidad, sé que en la casa de la esquina hay un alboroto.

Seguramente Él sigue en la cama, despreocupado y sus padres le están llamando para que comience a alistarse. O seguramente estoy equivocado y Él ya está listo. Como sea. Cualquiera de las dos ideas me destroza.

En casa no hay nadie. Mamá seguro salió desde temprano y papá debe estar intentando superar la resaca. Las mucamas saben que no voy a desayunar y ya ni se molestan en servirme.

Al dar casi medio día, recibo una visita inesperada. Es Jiaer.

—Creí que fui claro cuando te mandé a la mierda —le digo con voz pesada. Ahora mismo le doy la espalda y espero que le llegue el mensaje de que no quiero verle.

—Lo fue. Sin embargo, aquí estoy. Quiero hablar contigo.

—Pues yo no. Lo siento.

Jiaer no hace caso. Sólo entra a la habitación y se sienta en el sofá junto a la ventana. Le miro de reojo y compruebo que también está listo para la fiesta.

—Sólo escucha lo que tengo por decir, si después tú no quieres volver a hablarme, está bien, me marcharé, ¿De acuerdo?

No respondo, sólo nuevo la cabeza un poco y él logra entender mi lenguaje corporal. Claro, aparte de ser mi primo, él también es mi mejor amigo.

—Yo quiero disculparme —comienza a decir —por no contarte del compromiso de Xiao Zhan.

—Ya qué más da...

—Y por alejarlo de ti cuando teníamos dieciséis años.

Esta última frase hace que me gire a verlo completamente.

Canciones Para El Té | YizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora