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Asomó su ojito por un costado de su libro

No trataba ser un acosador, pero a Soul le gustaba mucho mirarlo

Le gustaba ir todos los días al centro comercial para poder ver a aquél chico que trabaja en esa linda heladería color cielo.

Sintió los bellos de su nuca erizarse por alguna extraña razón, haciéndole sentir raro.

Soul no se consideraba gay, pero tampoco heterosexual. No le gustaba definir su sexualidad, si le gustaban hombres o mujeres, o tal vez ambas, porque si era honesto nunca lo supo.

No sabía si aquél chico le gustaba, pero sabía que le gustaba mirarlo.

Supo que era hora de irse cuando miró el pequeño reloj en su muñeca. De hecho ya habían pasado treinta minutos más de los que acordó con su madre, tenía que estar en casa pronto

Metió su libro en aquella pequeña mochila de tortugas que su padre le había obsequiado por su cumpleaños número 16 y se marchó de ahí.

Se alejó lentamente del trabajo de aquél chico, sintiéndose extraño. De nuevo pudo sentir su cabello erizandose y la boca de su estómago retorcerse.

—¡Shota! —su madre le había mirado molesta, para finalmente apretarlo entre sus brazos— ¡Te dije que no quería que estuvieras en la calle tan solo!

—Lo siento, mamá. Ya estoy aquí. Estoy bien.

La mujer le regañó, jalando un poco el cabello de sus patillas, causando un quejido del adolescente.

Después de eso le dio un beso en la frente, y cenaron juntos.

Sky || KEESOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora