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Recordaba que al igual que el día anterior, el cielo estuvo tan gris, que casi parecía estar negro. No le gustaban los colores grises, no le gustaba el color negro porque siempre lo asoció con ma muerte, y la muerte le daba mucho miedo.

¿Y qué si no voy al cielo? Se preguntaba cada que pensaba en la muerte.

—La gente buena tiene una vida larga y feliz. Y cuando mueren, siempre van al cielo.

Su abuela siempre decía. Ella jamás se había equivocado.

Eran las 6:20 pm, en la heladería miraba de vez en cuando al chico.

Pero esa vez pudo sentir también una mirada penetrante sobre él. Levantó la vista, pero no vio a nadie mirándole.

Hasta que sus ojos habían chocado con los de Keeho.

¿Era él quien me estaba mirando?

Keeho le sonrió, y él le regresó la sonrisa con un leve sonrojo.

El mayor continuó con su trabajo, y el menor continuó lamiendo su helado.

Aún sentía esa mirada sobre él, pero esa vez no quiso mirar. Sus manos se sentían sudorosas.

¿Le gusto? ¿Está interesado en mí? ¡Por favor! Deja de mirarme.

—Hola. —Keeho le sonrió, sentándose frente a él— Resulta que es mi hora de descanso y... Yo... quería saber sí quisieras salir conmigo ahora mismo.

El menor se sintió tan nervioso.

¿Era una cita?

Estaba seguro de que el mayor pudo notar su nerviosismo, puesto que se acaba apresurado a aclarar.

—¡Sólo caminaremos! —habló rápidamente.

El menor había reído levemente.

Está bien. —asintió levemente.

Habían salido del establecimiento con una sonrisa. Ambos estaban nerviosos.

Keeho sabía que Soul estaba nervioso pues era muy fácil adivinar lo que éste sentía, era como un libro abierto.

Sin embargo Soul nunca supo que Keeho también estaba nervioso. Él no expresaba sus emociones con facilidad.

Pasaron una agradable tarde juntos. Riendo y platicando sobre cualquier tema que se le ocurriera al mayor. Aún sentía esas raras sensaciones en su estómago.

Llegó el momento de despedirse. Soul no quería irse, y Keeho tampoco quería que se fuera.

Se despidió del mayor, caminando hacia el frente, dándole la espalda a Keeho. Pero sus piernas flaqueaban, sus manos sudaban y una parte de su cerebro le decía que no se fuera, que regresara junto a Keeho. Así que lo hizo.

Se dio la media vuelta, dándose cuenta de que el mayor aún estaba ahí y le estaba mirando.

Ya pasaban de las 7:50 pm y él sabía que su mamá no estaría contenta con él llegando tan tarde. Ella era tan paranoica desde que veía el canal de noticias. Pero a Soul no le importo. Permitió quedarse junto a Keeho por un buen rato más.

¿Lo regañarían a él por llegar tarde a su trabajo?

Sky || KEESOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora