Capítulo 10.- En la primera vida-Parte 1: Un ladrón

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Tenía quince años en la primera vida cuando se conocieron.

Todo el mundo sabía sobre los cultivadores y sus grandes poderes, en todos los pueblos hablaban de las maravillas que hacían por los demás al someter a las criaturas malvadas, pero él nunca había visto a uno con sus propios ojos, aunque no era como si debiera hacerlo. Su existencia no tenía relevancia alguna para los grandes clanes y odiaba destacar cuando no era debido.

Escabullirse en Ciudad Yi fue un accidente en realidad.

Logró escapar con lo "robado" con una facilidad envidiable para los guardias del palacio de Lanling, pero temeroso de que siguieran su rastro a su verdadero hogar, se desvió demasiado del camino terminando en el pueblo mágico de los cultivadores. La ventaja, pasaban de las 9 de la noche y por lo que era sabido, los grandes protectores capaces de ver los hilos del destino no se desvelaban a menos que estuviesen atendiendo algún misterio en el mundo humano, por lo que nadie notaría que se había colado.

O eso creyó ingenuamente.

La figura de blanco perfectamente estilizada sobre el techo de una de las cabañas debió asustarle, pero en realidad fue más como un espejismo. Trepó los techos con la esperanza de haber perdido el rastro de la gente de Lanling y al ser exitoso en sus planes ni siquiera notó al adolescente cultivador que le miraba con frialdad.

—Está prohibido escabullirse en lugares ajenos.

Sus palabras cargadas de severidad no concordaban con su bello rostro cual jade, un brilloso cabello negro y los ojos dorados más gélidos que había visto en toda su vida. Wei Ying tragó con dificultad un poco asombrado por la aparición que tenía enfrente, aunque no por ello intimidado y fuera de su elemento.

—¡Wow! ¡Las leyendas no mienten! Los cultivadores son en verdad fuera de este mundo.

El chico, quien parecía ser igual de joven que él mismo, no abandonó su gesto serio señalando la parte de su túnica donde sobresalía lo que había "obtenido" por parte del clan Jin. Wei Ying intentó esconderlo sin éxito y se resignó a recibir el regaño que ya se imaginaba que ganaría.

—Robar no es correcto, devuélvelo a su legítimo dueño.

La sonrisa ladina de Wei Ying le tomó desprevenido. Era la primera vez que interactuaba con los humanos, pues debido a su juventud, su tío, el gran consejero, consideraba que no estaba listo para su nombramiento como guardián. Su hermano mayor, Lan Huan, sólo tenía 20 años y ya tenía semejante responsabilidad en sus hombros, pero el orgullo que mostraba en su cálida sonrisa lo valía todo, se esforzaría por ser una persona digna de pararse al lado del Rey de los cultivadores.

Empezando por castigar a este escurridizo humano ladrón.

—Eres muy gracioso, bello cultivador de jade, ya que eso es precisamente lo que estoy haciendo—ensanchó su sonrisa al notar la forma en la que las orejas del otro enrojecían—. Ahora, si me disculpas.

Dio un par de saltos en los techos logrando escapar del cultivador, quien no pudo creer semejante cinismo y decidió perseguirle. Ambos se enfrascaron en un intercambio de movimientos donde Wei Ying hacía piruetas con una sonrisa y el otro extendía su mano para alcanzarle, sin lograrlo. Cuando se cansó de la danza, el hábil ladronzuelo suspiró exhausto antes de hacer una reverencia y salir corriendo.

El joven cultivador estaba agotado por la actividad, pero todavía más avergonzado de su debilidad. ¿Cómo pudo permitir que escapara? Él era un cultivador, un ser inmortal, aun si ahora mismo sólo era un adolescente, llegaría un momento de su vida donde dejaría de envejecer alcanzando la vida eterna con una apariencia joven. Su habilidad era excepcional, su magia de cultivador insuperable y su apego a las reglas era tan firme, que por ello su tío lo consideraba digno de todos los títulos.

Ladrón de núcleos-MDZS-WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora