Capítulo 7.-Los jades gemelos.

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El chico frente a él era demasiado parecido a sí mismo, por supuesto había rasgos que los diferenciaban. Claramente era menor que él, los ojos dorados que ahora mismo parecían escanearle eran más claros que los suyos y en su rostro no se dibujaban fácilmente las emociones. Lan XiChen se consideraba una persona demasiado transparente, Meng Shi siempre sabía lo que estaba pensando y Meng Yao constantemente le regañaba por su candidez e ingenuidad, algo que no podía evitar. Si estaba feliz lo mostraba, si estaba sorprendido también, lo único que siempre trataba de ocultar era su tristeza.

Pero el joven de la posada, el flamante príncipe de Gusu Lan, su hermano Lan WangJi, era más bien un cúmulo de sentimientos que sólo alguien muy sabio o muy íntimo sería capaz de descifrar.

Pero curiosamente, él pudo entenderlo.

Y con ello todos los miedos desaparecieron. No había nada por lo cual preocuparse, Lan WangJi no le juzgaría, no le reclamaría su ausencia, pero aún más importante, Lan WangJi le aceptaría incondicionalmente. A-Cheng tenía razón, obviamente siempre la tenía.

—Yo... bueno... lamento que no sea lo esperado... es sólo...

Las palabras se trabaron en su lengua y afortunadamente el Patriarca de Yiling decidió intervenir, pues todo indicaba que Lan Zhan no sabía qué decir y Lan XiChen no era muy elocuente. Hermanos debían ser, ironizó en su mente con cierta felicidad en su corazón por el reencuentro.

—Lo que él trata de decir su alteza, es que no quiso esperar más tiempo para conocerle y espera que no le moleste lo humilde del lugar y la ocasión.

Lan WangJi miró a Wei Ying como si sus palabras no tuviesen sentido alguno, pero el tímido asentimiento del hombre en la puerta comprobó que no era tan disparatado. Analizándolo en retrospectiva, las historias solían hablar de reencuentros familiares o amorosos con todo un ambiente adecuado. Quizá su hermano mayor creía que se conocerían en el palacio de su reino, rodeados de riquezas que compartir y no la sencilla habitación de una posada.

Pero el lugar era lo de menos y era algo que necesitaba dejar claro.

—Toma asiento, creo es lo primero que deberías hacer.

La indicación no tenía ningún tono autoritario, claramente era la forma de hablar del segundo príncipe de Gusu, ceremoniosa y sin tantos rodeos. Pero por alguna razón, Lan XiChen pudo sentir toda la presencia de su hermano menor como alguien de la realeza, todo lo inmaculado de su ser declaraba aquello. ¿Él sería capaz de proyectar lo mismo? ¿En verdad era digno del trono de Gusu Lan?

Sin expresar esos negativos sentimientos, aceptó la indicación mientras se acercaba lentamente a la mesa en la habitación. Wei WuXian no dijo palabra alguna, pero consideró necesario aligerar el ambiente, por lo que comenzó a servir té en las pequeñas tazas que Mo Xuan Yu había designado para el príncipe.

Una vez servido, hizo una reverencia creyendo necesario dejarlos solos, tenían mucho de qué hablar después de todo. Eso, si es que alguno lograba decir alguna palabra coherente.

—Bueno... yo los dejo. Estaré en la planta baja cenando con Mo Xuan Yu y Xue Yang, tengo mucho que discutir con mis adorables discípulos.

Bromeó esperando que con ello Lan Zhan se permitiera relajarse, y de algún modo fue así, pues el joven dio un suspiro resignado ante sus burlas y después le sonrió vagamente mientras lo veía salir, tranquilo de que por fin estaban juntos.

Para el mayor, tales intercambios no pasaron desapercibidos y sus ojos se iluminaron con la comprensión de los sentimientos que ambos compartían. Aquello le puso de buen humor y sin evitarlo lo demostró en su rostro con una sonrisa.

Ladrón de núcleos-MDZS-WangXianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora