Capítulo 5

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El ambiente en California avisaba que pronto el invierno estaría haciendo su aparición. La temperatura había bajado solo un poco y el frio estaba propagándose por las calles de la ciudad. Mientras un pequeño Mike jugaba con el cabello de su padre, quien aún se mantenía dormido.

Stiles se había levantado en la madrugada a ver al pequeño, le cambio los pañales y lo alimento, por un momento se pensó dejarlo de nuevo en la cuna, pero, se ahorraría el trabajo si despertaba nuevamente, así que acomodo las almohadas de su cama e hizo una fortaleza para el pequeño, y se durmió junto a él.

Aunque Mike le gano en despertar. Mike toco la nariz de Stiles, haciendo una pequeña presión en ella, logrando que el doncel fuera despertando. Stiles, removió su cuerpo, lo estiro y soltó un largo bostezo, seguía teniendo sueño y mucha pereza para levantarse de la cama, miro a su costado, encontrándose con la mirada del pequeño.

—Eres malo —pico su nariz—. Yo quería dormir más.

Stiles miro el reloj de la mesita de noche, dándose cuenta de que eran las siete de la mañana.

—Cuando seas más grande, espero que despiertes a la misma hora para ir la escuela —Stiles rio, al ver como Mike frunce el ceño—. Al parecer eso no te gusto.

Levantándose de la cama, toma a Mike entre sus brazos y se dirige a su habitación. Hoy sería un día un poco pesado.

Aunque Stiles este en sus vacaciones y le faltaba mucho para entrar nuevamente. El día anterior había recibido un correo de su jefe, primero lamentándose las molestias y explicándole de algunas bajas que se han presentado en la empresa, desde que inicio sus vacaciones y solicitándole un nuevo logotipo animado para presentar el próximo mes, aclarando principalmente que le pagaría demás por molestarlo en su descanso.

Stiles acepto. Claro un dinero de demás no está mal, pero, le molestaría no estar al pendiente de Mike, aun cuando este no fuera tan inquieto. El doncel se alegra de haber comprado una colcha con juguetes para el infante, así lo mantendría a su lado y no debería dejarlo en la sala solo.

—Hoy viene Derek —recordó Stiles, mientras alimentaba Mike con su biberón y observaba las noticias matutinas.

Puede que la mujer de las noticias no le estuviera ayudando mucho a no pensar, porque eso quería, no pensar. No quería verse envuelto en sus locas ideas de cómo actuar cuando se trataba del moreno a su lado, o sea, él quería otra señal, una que fuera obvia y así poder saltar de un pie y decirse a sí mismo, te la rifaste Stiles.

Porque sí, agradecía las palabras de su amiga. A veces llegaba a ser un poco testarudo y no pensaba con claridad. Como ahora, no debía de liarse tanto la mente y solo tomarlo con calma, todavía nada pasaba.

...colocarse ropa abrigada cuando caía la tarde, la temperatura bajara...

—Como si uno no se diera cuenta —Stiles bufa.

Camina hacia la calefacción y sube un poco la temperatura, dejando que la casa este en ambiente. Así no deberá apretujar al pequeño Mike con tantas capas de ropa.

La mañana pasa volando y el timbre de la casa suena, en el momento que Stiles se encuentra en la cocina, pues, quería adelantarse en preparar el almuerzo y así volver a invitar a Derek. El doncel camina apresurado hacia la puerta y antes de abrir, trata de peinar su cabello, inhala y exhala.

—No te pongas nervioso —se dice a así mismo, mientras abre la puerta y para su sorpresa...

—Hola Stiles —...no era Derek, sino Scott—. ¿Qué pasa con tu cara? ¿Acaso no querías verme?

—No es eso... —sonríe—. Pasa Scott, ¿Qué te trae por aquí?

No debía decepcionarse era su amigo, ya estaba acostumbrado a su presencia. No es como que su corazón haya sufrido solo un poco al no ver a quien esperaba, para nada, aquello no ocurrió.

Pequeñas ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora