Capítulo 12

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Aunque fuera entrada la noche y el sonido era ameno en algunas casas, eso no se comparaba con lo que ocurría en una de las tantas casas que había en la barriada. Dentro de ella se hallaba una lucha infernal de dos contra uno, donde los gritos de dolor y de batalla se podían escuchar. En ese momento, a ninguno de ellos ―más los adultos― les interesaba que los vecinos se molestaran por lo ruidosos que podían llegar a ser.

― ¿Quieres una revancha? ―pregunta Stiles mientras mueve con agilidad la almohada que traía en sus manos.

Derek asintió mientras acomodaba a Mike entre sus brazos, de esa manera participaba. Dejando salir sus pequeñas risas, al ver como Stiles golpeaba a Derek con la almohada y este respondía con dramáticos gruñidos de dolor.

― ¿Tienes miedo? O ¿Es que no puedes con los mejores luchadores del campeonato almohada?

Stiles aguanto la risa al escucharlo. Cubrió su rostro con la almohada para luego soltar un suspiro de alivio al ver que se pudo contener, y continuar con su lucha, él no se dejaría vencer por ellos. Observo como Derek tomaba la pequeña mano de Mike y le enseñaba a hacer un puño, al igual que su mirada de "enojo".

―Listo. Ahora a la carga Mike ¡Ahh! ―grito de Derek, seguido de un agudo grito del menor.

Con una mirada decidida el doncel corrió al encuentro de los luchadores, el primer golpe fue dado en la espalda del varón. Dio medio vuelta esquivando el proyectil almohadazo y haciendo como si sostuviera una espada en sus manos, dio en el pecho, tocando las piernas de su hijo. Mike quien sintió el golpe, alzo las manos e imito el gruñido de dolor de Derek, mientras su cuerpecito se "tambaleaba" en brazos de su padre.

― ¡No! ¡Guerrero Mike! ―Derek soltó la almohada y camino hacia la cama, donde dejo caer el cuerpo del bebé.

Derek observo como el pequeño lo miraba con los ojos entreabiertos como le había enseñado; dejo caer su cara en la pancita de Mike.

― ¡¿Por qué mi guerrero?! ―dramatizo Derek, mientras hacía 'por' con la boca en la pancita de Mike, quien reía, buscando la manera de salvarse.

―Uno de ustedes debía caer ―Stiles acaricio la almohada lentamente, como si de un arma muy valiosa se tratase―. Tuvo que ser él.

―Te arrepentirás.

Derek golpeo las piernas de Stiles, haciendo que este se tambaleara. Stiles respondió con un golpe en la cara, riendo al ver la reacción de Derek.

El varón que aprovechó ese momento de vulnerabilidad embistió al doncel, cayendo ambos en el sillón que mantenía su habitación.

―Gané ―sonrió Derek.

―Hiciste trampa.

―No, he ganado justamente.

Ambos rostros fueron acortando la distancia, sus respiraciones se encontraban agitados por la batalla y se sentían tibia al sentirla la otra piel. Cuando parecía que sus labios se unieran, fueron detenidos por un grito de enojo, dejando que su beso se convirtiera en uno esquimal.

Bajando de la cama como le fuese posible, estaba Mike queriendo llegar hacia donde sus padres se hallaban. El pequeño no iba a permitir que su padre besara a su papi.

― ¡No! ―volvió a decir, mientras continuaba quejándose con palabras inentendibles.

A Mike aun le gustaba mantenerse de pie, así que en su gateo llego a la pierna de Derek, sosteniéndose de ella y con ayuda Stiles, se colocó en el medio de los dos cuerpos, dejando ver su labio inferior abultado del enojo. Stiles miro a Derek y le saco la lengua.

Pequeñas ManosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora