Secuela de mi primera novela. Encuentrame🥀
(Si no has leído Encuentrame probablemente no entenderás los acontecimientos de la trama).
Historia +18, Si eres una persona sensible te recomiendo no leerla ya que incluye los siguientes temas: Drogas, se...
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La noche transcurría tranquilamente lenta, tanto que inclusive, podía compararla con los granos de un reloj de arena, cayendo despacio hacía el vacío.
Cansada y soñolienta, me dedicaba a observar recostada, la oscuridad a través de la ventana. Ya era mi tercera vez despertando durante la noche y esto, era lo único que podía hacer para pasar el rato.
Ver cómo la noche se convertía en día.
Mi costado derecho comenzaba a sentirse adormecido a causa del tiempo que tenía en la misma posición pero no me importaba. Quería seguir admirando la gran y hermosa luna, cuya era mi única compañía.
Pues para mi desdicha, luego de que el doctor se marchará tuve que quedarme un tiempo a solas, con dudas en mi cabeza las cuales no había podido resolver. Puesto que la enferma, se rehúso a responder mis preguntas una vez que vino a verme.
Emery no quiso decir nada al respecto sobre el sujeto misterioso que había mencionado el doctor, ya que por órdenes estrictas no tenía permitido hacerlo.
Al menos esa fue su excusa.
Únicamente me ayudó a darme un baño de esponja, cambió la bata que cubria mi cuerpo por una nueva y me dio de comer otro de esos deliciosos purés.
También me dio un breve chequeo para asegurarse de que todo estuviera en órden y en el proceso, me quitó algunos de los tantos cables que tenía conectados al cuerpo antes de irse para dejarme descansar.
Lo cuál me sirvió de mucho, ya que ahora me sentía capaz de poder moverme con algo más de facilidad. Sin tener que cuidar que alguno de esos molestos cables se desprendieran de su lugar.
Más ahora estaba aquí sola.
Pasando un terrible insomnio que posiblemente, me dejaría como secuela unas ojeras mañana.
- ¿Qué hora será? - Susurré aún viendo desde mi lugar, las estrellas adornando el cielo.
La luna estaba en un lento descenso y parecía, que no tardaría mucho en amanecer.
<<Ya deja de pensar en lo que dijo el doctor e intenta descansar>> Pensé soltando un bostezó.
Decidida a tratar de dormir cerré mis ojos nuevamente, con la esperanza de volver a conciliar el sueño y a los pocos minutos no supe más de mí.
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