🌷Te Encontré🌷

🌷✨Nuestro Nuevo Comienzo✨🌷

Oswald:

- Soy Oswald Meier, tu prometido - Dije colocándole el anillo que había comprado con antelación, para el momento en que me declarará.

Y aquí estaba, ese momento que tanto había deseado que llegara, al fin estaba pasando.

Marinette bajo su mirada y al instante, sus preciosos ojos resplandecieron como dos brillantes zafiros en cuanto observó fijamente el anillo que acababa de colocar en su delicado dedo, y yo, no podía hacer más que admirarla en silencio cuál tonto ilusionado, dado que no podía creer que todo esto fuera cierto.
Parecía irreal que tuviera frente a mi a la mujer de mis sueños, la que robo mi corazón desde el momento en que la vi en la entrada de aquella mansión en esa fría noche.

Sonreí levemente por instinto tras recordar aquél momento que juro por Dios, llevaré por siempre en mi memoria, dejando a su vez demostrar la evidente alegría que sentía de estar aquí en casa con ella, aunque parecía calmado, internamente estaba haciendo un enorme esfuerzo sobrehumano para no sujetar su cálido cuerpo y envolverla nuevamente en un abrazo.
Aquella sensación que me provoco el tenerla tan de cerca, con su aroma a rosas entre mezclándose con mi perfume, me habían echó experimentar una sensación exquisita, sumamente agradable que sin dudas quería volver a repetir.

Sin embargo me contuve, ya que acababa de hacer una revelación que prácticamente también se podía tomar como una declaración.

Una pura y sincera declaración de amor.

Tras un momento en completo silencio, vi sus rosados labios abrirse ligeramente, como si estuviera lista para decir algo pero se detuvo en el intento para soltar un suspiro, al parecer le estaba costando poder formular palabra así que su boca se mantuvo entre abierta, y por la expresión que se había formado recién en su fino rostro de porcelana, se notaba que estaba impresionada.

<<Aún confundida se ve realmente hermosa>>.

Gracias a la cercanía y siendo separados solo por dos escalones por debajo que me hacían quedar a la altura perfecta de su cara, podía admirar mejor sus delicadas facciones, aunque su rostro tenía ligeros cambios por el pasar de los años, aún me seguía pareciendo la mujer más hermosa de todo el mundo, los rasgos que le daban aires angelicales, los cuales tenía cuando la conocí siendo en ese entonces una adolescente, aún seguían presentes en mi azabache, solo que ahora la madurez resaltaba más en su persona.

Y eso, me hizo descubrir que es algo nuevo que me encanta de ella.

Realmente me estaba conteniendo demasiado para no tomar con mis manos sus mejillas y acercarla más a mi para estrechar su boca con la mía, y así sumergirnos en lo que sería nuestro primer beso después de tanto tiempo pero, tras meditarlo brevemente mientras mordía mi labio inferior, finalmente decidí no hacerlo.
Puesto que no quería presionarla más de lo necesario.

Los segundos en silencio volvieron y está vez, comenzaron a prolongarse más de lo esperado, al grado en qué se convirtieron al menos para mí, en los más largos de mi vida.
Aclaré mi garganta en un intento de llamar su atención pero ella no reaccionó.