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Andra iba con los últimos papeles, tenía ganas de salir un rato a despejar su mente como antes lo hacía en el tratamiento. Se había hecho una costumbre dejar de pensar de un amor imposible y tratar de disfrutar la vida.

Los pétalos no se presentaron por esa semana y creía que ya estaba curado.

—Yol...¿no tienes interés por algún beta? — era la voz de Niel — entiendo que no te atraen pero puedes intentarlo. Aunque claro...

El beta se quedo en la entrada, escuchando atentó a la posible respuesta abriendo otra vez la esperanza a algo mas allá de una amistad.

—¿ah? Un beta no puede tener un hijo con un alfa, al menos no uno masculino y tampoco pueden manejar un celo y carecen de aroma. Es estúpido tener una relación que nunca llegara a nada.

—¿entonces si vas a marcar a Gulla?

Y otra vez el ciclo se repite, la comezón en la garganta era fuerte así que solo deja los papeles en la otra oficina que corresponde para salir apresurado al baño.

Las flores son mas grandes y también los capullos verdes lastiman más de lo que debería, aguantando las ganas de vomitar sale del edificio. Hay pocos estudiantes en los pasillos debido a la hora que aun es de clases y afuera hay taxis trabajando por fortuna; no lo piensa dos veces para entrar apresurado al primero que vio.

—a..la...clínica...

—señor...yo no — el chofer se queda de piedra, los pétalos ya conocido manchados de sangré se escapan de los labios del castaño — en seguida.

Sin decir mas el auto hace competencia a la película de rápidos y furiosos Andra solo trata de mandarle un mensaje a Martín diciéndole que irá a la clínica. No quiere olvidar pero tampoco quiere vivir en el rechazo y mucho menos escuchar otra vez que es estúpido por querer algo con un alfa.

Yolka iba a marcar a Gulla, su mente repetía eso una y otra vez. Yolka era correspondido y iba a ser feliz con el omega que le quitaba los suspiros ya las veladas, su pareja ideal.


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«realmente fue estúpido enamorarse de alguien que nunca te va a corresponder »

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Cuando llega a urgencias entra la llamada de Martín, esta angustiado por el mensaje que recibió donde Andra decía un corto mensaje que decía mucho mas que las palabras escritas.

›Estoy cansado de intentar

Llegar al hospital y que le miren con lástima es una cereza al postre asqueroso que es su vida, iba a extrañar ese sentimiento de ilusión pero sabiendo que posiblemente no recuerde nada es lo que hace que su miedo se apague.

Sonríe a los enfermeros, nota a Martín llegando apresurado a pesar de su edad y también le sonríe con esa sonrisa rota y manchada de sangre y pétalos marchitos en ella.

—espero que salga bien — dice en un suspiro Andra luego de caer dormido por la anestesia.

Dentro de ese sueño profundo trataba de imaginar un futuro con alguien...¿con quién? No lo sabe, solo anhela a alguien que no tiene nombre ni rostro. Imagina su infancia, recuerda la cara de un niño rubio y después otro chico mayor de cabello gris pero opaco al igual que sus ojos.

Ya recordaba, Niel...lo vio unas veces y era agradable. Solo eso.

El profesor Martín, ayudándolo a sobrevivir con sus recomendaciones a buenos trabajos y también sobre Taira quien era una gran estudiante y también le decía que lo amaba siendo un alfa.

Estúpido.

Esa era la palabra, no hay forma que un alfa y un beta hombre lleguen a algo.



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, realmente es estúpida la idea.


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Un beta nunca podrá crear un vínculo como un omega.


...


¿Entonces porque se siente extraño pensando de esa manera?


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Dos días después Andra despierta, desorientado y sintiéndose extraño. Hay alguien extraño a su nado, cabello grisáceo y de pestañas pobladas durmiendo en lo que parecía ser un hospital.

¿Qué hacía en un hospital?

—Andra...despertaste — dice el extraño — estaba tan preocupado, no sabía si ibas a despertar pronto y realmente temí lo peor.

—¿quien eres? — pregunta sin saber porque el extraño le habla con tanta familiaridad — ¿porqué estoy aquí?

Andra solo trataba de recordar, solo recuerda que trabajaba de asistente en una universidad prestigiosa. No recuerda a su jefe pero en su defensa solo trabajo unos meses ahí y de paso aun no se comunicaba con el profesor Martín.

Sabía que le estaba ayudando en un proyecto, no sabe cual pero parecía importante.

Había tantos huecos en su mente que le cansaba intentar comprenderlas y llenarlas.

—Andra... Soy yo, Yolka — se nota triste y angustiado — trabajamos juntos y solemos...

—perdón, creó que me confundes con alguien más.

acuarelas [Mr.beta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora