09

463 56 10
                                    


—¿Porqué no se recuerda de mí?

Preguntó Yolka desesperado por el silencio y asustado por la respuesta.

No entendía, hace unos momentos Andra estaba feliz con él y de pronto recibió una llamada del profesor Martín diciendo que Andra está en cirugía. Lo peor fue cuando Andra le pidió que se retirará porque le incomodaba ver la presencia de un extraño.

—hijo... creo que primero debes calmarte — pidió Martín en una súplica, sus feromonas le estaban afectando — aún no sé qué pasó, el tratamiento iba bien.

—¿Tratamiento?

—Andra se ofreció como voluntario para probar un tratamiento contra el hanaki...me opuse pero como puedes ver. — Yolka espero en silencio a que continuará — él se negaba a destruir sentimientos que tenía a esa persona y decía que prefería la amnesia a olvidarse por su cuenta.

—pero...¿Porqué me olvidó?

Martín presionó sus labios, sabía la respuesta pero no era el momento de decirle aún.

— eso...

Negó con la cabeza y pidió que descanse, necesitaba que se calmará si quería una respuesta pero no pronto. Son jóvenes y muy emocionales para cosas que no necesitan mucha comprensión; una anciana no podía evitar escuchar aquella conversación a lo lejos, sentía lástima por el joven que no comprendía las cosas.

Ya con la edad no puede evitar pensar en cosas que de joven le parecían un tormento y ahora es como un cuento de niños. Quiere ayudar pero posiblemente acabe por acelerar cosas que toman tiempo, es mejor esperar.

Pasan las horas que de forma silenciosa se convierten en dos días en las cuales Yolka sigue ahí esperando a que lo recuerde.

Yolka se queda ahí, solo en el pasillo tomando café esperando todas las noticias posibles del beta.

—hermano — llamo Niel preocupado luego de mover nada de su primo esos días — ¿Ya despertó?

Yolka asiente, desganado y dejando que su aroma a tristeza se haga notable.

—¿Está bien?

Entonces Yolka niega, sin pedir permiso alguno lo abraza en busca de consuelo, gimotea una y otra vez la misma frase que le desgarra el alma; tanto que hasta su instinto mas salvaje le dice otra vez que realmente lo olvidó.

Ira. Dolor. Desconcierto.

Muchas emociones en él mientras que Andra pareciera feliz con sus únicos recuerdos intactos. Como si no le afectará olvidarlo.

Duele, duele más que aquella indiferencia que tuvo cuando discutieron. Porque ahora prácticamente ya no es parte de su vida.

— muchacho...

La voz de la anciana en silla de ruedas llama la atención de ambos alfas.

—¿Realmente quieres saber porque te olvidó

El alfa asiente pero su primo parece indeciso, tal vez usando su lado más racional pensando en las posibles respuestas y sabiendo que ninguna es buena.

—Hanaki es una enfermedad hermosa — susurra la anciana — nace de un amor profundo que la persona no expresa ya sea por miedo o por rechazó. Las flores se alimentan de pequeños momentos, cosas sencillas que uno pasa desapercibido pero son esas cosas las que alimentan el sentimiento.

Niel entiende a donde quiere llegar la anciana pero Yolka....el alfa aún está tratando de descifrar esas cosas porque no entiende como ese se relaciona a la pérdida de memoria.

acuarelas [Mr.beta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora