Un Poco de Ayuda

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Chūya no iba a dejarlo solo. No estaba de acuerdo en ocultarles el gran secreto sobre Ebisu, pero Akutagawa era como parte de su familia, y quería ayudarlos a los dos.

Tomó la decisión de llevar a Ebisu en sus brazos mientras que Atsushi se mantenía al tanto del mini Dazai y el mini Ryūnosuke.

El camino que recorrían se volvía cada vez más diferente al de una ciudad. Un camino solitario y con colores dorados, rodeado de árboles en la estación de Otoño y hojas esparcidas por el suelo.

— ¡Señor Chūya! ¡Señor Chūya! ¡Míreme! ¡Estoy saltando en las hojas! ¡Es divertido!

Dazai de cuatro años, saltaba alegremente sobre una montaña de hojas a la orilla del camino, queriendo llamar la atención de cierto Omega pelirrojo que detestaba lidiar con él.

Chūya chasqueó la lengua y acomodó de mejor manera a Ebisu, quien dormía en sus brazos sin ninguna preocupación.

Le parecía tan tierno ver al bebé azabache en sus brazos, durmiendo tranquilamente y con comodidad. No se atrevía a despertarlo y tenía una sensación de mariposas en su barriga, algo que consideraba lindo y extraño a la vez.

Oye, chico tigre... ¿Duele mucho tener un bebé?

Preguntó sin más, Atsushi se sintió un poco confundido con la pregunta y no sabía qué responder. Sujetó una de las manos de los pequeños Dazai y Akutagawa y continuaron su camino, lentamente.

— Duele bastante, Chūya-san... ¿Acaso tú... Estás esperando un bebé? ¿De Dazai-san?

Cuestionó sorprendido, provocando sonrojo en el mayor y haciendo que Ebisu se moviera y casi despertara.

— ¡¡N-No digas estupideces!! ¡Sólo es curiosidad¡ ¡¡S-Soy un Alfa como Dazai y Akutagawa!!

— No lo eres, Chūya-san. Es una percepción de Omega a Omega. Eres uno como yo, y sé que algún día tendrás un hermoso bebé con Dazai-san. Serán una familia muy feliz.

El sonrojo de Chūya iba subiendo de tono hasta que sintió cómo el pequeño que traía en brazos le pedía ir a los brazos del albino, haciendo quejidos y pucheros leves.

Oye, Atsushi. Ebisu quiere ir contigo. ¿Lo tienes ahora y yo me encargo de los otros dos enanos?

— Está bien. Gatito, ven conmigo. No debes darnos muchos problemas a Chūya-san y a mí. Debemos encontrar la salida de este lugar tan extraño, y descubrir la misión cero.

— Mami... Allá...

Ebisu señaló con su dedito índice hacia lo que parecía ser una pequeña casa tradicional japonesa en medio de un... ¿Bosque con lago? Era extraño pero cierto.

Había una casita tradicional en medio de un lago, la cuál tenía un puente misterioso por cruzar para llegar a ella.

— ¿Deberíamos ir por allá? Hay neblina otra vez...

Atsushi se mantenía detrás de Chūya, sujetando bien al niño entre sus brazos, algo asustados los dos. No se percataron de que Akutagawa había vuelto a la normalidad, pero Dazai... Seguía siendo un niño.

— Jinko, Chūya-san... ¿Gatito? ¿Qué es este lugar y qué hacemos aquí con el bebé?

Cuestionó Akutagawa. Todo era nuevo para él. En su forma de bebé no recordaba nada de lo vivido en la antigua Yokohama. Miraba detenidamente a Dazai hasta concluir que...

— ¡¡¿Dazai-san es un niño?!!

— El idiota de Dazai es insoportable como niño y como adulto. Viviremos en esa casa, parece deshabitada.

>>><<<

Se quedaron en la deshabitada casa tradicional de su país, pasando la noche en una habitación distinta a la de Ebisu, Chūya y Dazai.

El celo del Shin Soukoku no respetaba circunstancias, sólo se manifestaba y habría que satisfacerlo de manera adecuada antes de que el tiempo siguiera transcurriendo.

Estaban encerrados en una de las habitaciones, una vez todos se fueron a dormir.

Akutagawa besaba y lamía la piel del chico tigre provocando mayor exitación en ambos. Poco a poco fue preparando a Atsushi para poder entrar en él y comenzar a embestirlo de lento a rápido, satisfaciendo sus necesidades entre gemidos y jadeos de placer.

— Tocaré fondo como nunca antes, Atsu.

Atsushi se abrazaba de la espalda del azabache, separando más sus piernas y disfrutando la penetración con placer.

— Ryū... M-Me ven-go... Ah~

>>><<<

Después de una noche llena de acción, amanecían exhaustos y agotados. Akutagawa se levantó para preparar té con Chūya en la sala de la casa. Ebisu y el mini Dazai estaban acompañándolos, pero tomaban un vaso de leche con chocolate.

Akutagawa, te ves diferente hoy. ¿Tú y el chico tigre hicieron cosas anoche, verdad?

Ryūnosuke se ruborizó al instante, escupiendo el té.

— Chūya-san, nosotros...

— Espero que hayan usado condones. No quiero ocultarles a dos niños en el secreto.

— Señor Chūya, ¿podemos ir al parque hoy?

Preguntó Dazai con ilusión.

— ¿Al parque? ¿Te sientes bien, Dazai? Tú y yo nunca fuimos al parque...

— Chūya-san, ¿qué pasaría si la razón por la que Dazai-san sigue siendo un niño es porque quiere cambiar su infancia a una feliz? Chūya-san, creo que eres el indicado para hacer una bonita infancia a Dazai-san.

Opinó Atsushi, caminando a paso lento hasta la sala y poder sentarse sobre un cojín en el suelo, al lado de los tres.

— Nunca lo pensé... Podría ser. Pero ¿Qué se supone que haga yo, Chūya Nakahara, para hacer feliz a este infeliz suicida y detestable de Dazai?

— Hmm... No lo sé, pero creo que Jinko tiene razón. Podría ser el motivo por el que Dazai-san sigue siendo un niño en este Yokohama.




Holaaa a todos los que siguen por aquí! Son casi las 10:30PM y está lloviendo:D

Después de tanto tiempo pasé por aquí y sólo se me ocurrió este pequeño capítulo ^^

Espero sea de su agrado y, esperen más próximamente!

Linda noche para todos <3

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2023 ⏰

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Perdidos En Un Yokohama DistintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora