Forbidden love [Alexander Ludwig y Tu]

Capítulo 19

————- Flashback ————-

(A la edad de 10 años).

(T.N.): mami, mami dónde estás?

Mama: aquí estoy mi princesa. Dijo casi sin aliento

(T.N.): mami no me dejes. Dije llorando

Mama: ay mi princesa, yo nunca te dejare, siempre estaré contigo, aunque no me veas.

(T.N.): pero yo no quiero dejar de verte.

Mama: mi princesa, tienes que prometerle algo a mama.

(T.N.): que mami?

Mama: que pase lo que pase, serás fuerte, y nuca dejaras que nadie te haga daño?

(T.N.): pero mami?

Mama: prométemelo princesa, promete que siempre serás tú.

(T.N.): está bien mami, te lo prometo.

Mi mama soltó una sonrisa de paz y luego sonó el sonido que hacen los monitores de corazón cuando la persona ya no tiene más pulso.

(T.N.): mami, mami...

——— Fin del Flashback ———-

Al despertar note que ya no estaba en el auto, sino en el cuarto de Alexander, él estaba profundamente dormido al apar mía, con su mano en mi cadera, así que me acomode en su pecho y me volví a dormir. Al despertar tenía mucha hambre, era aun de noche, como las 8:35pm, así que desperté a Alexander entre besos y caricias. Cuando logre despertarlo Alexander me sonrió, se quedó unos segundo observándome y luego me agarró de las caderas, y me pego hacia el en la cama, luego me empezó a hacer cosquillas.

(T.N.): jajaja, ya basta, para jajaja

Alexander: jajaja te amo mi amor.

(T.N.): y yo a ti.

Nos besamos

Alexander: mi amor yo sé porque te levantaste.

(T.N.): así y porque? (dije divertida)

Alexander: porque esa pancita tuya tiene hambre, y mi amor he nota que cada vez que te levantas en las mañanas es porque tu pancita tiene hambre.

(T.N.): jajaja, me estás diciendo vaca?

Alexander: mi amor, nunca eres divina, eres preciosa, y seamos sinceros tu cuerpo esta para morirse.

Lo golpee levemente en el brazo.

(T.N.): Alexander. (Dije apenada)

Alexander: que es cierto, eres preciosa, además algún día tu y yo tendremos hijos.

(T.N.): y ese día si me voy a ver como una vaca.

Alexander: no mi amor tú vas a estar preciosa con tu pancita de embarazada, trayendo a nuestro hijo/hija, te vas a ver más linda que nunca.

Nos quedamos mirando fijamente unos instantes, nos volvimos a besar y Alexander dijo:

Alexander: bueno mejor bajemos, no quiero que mi princesa pase hambre.

Entonces bajamos y cenar, Alexander cocino esta vez, y debo admitirlo estaba delicioso, era hermoso, era la cena perfecta, Alexander había puesto una velas y música de fondo. Nunca pensé que sería tan feliz a lado de él, el me hace la mujer más feliz del mundo.