Al día siguiente. Domingo.
Ely.
Me desperté desorientada, la luz del sol me molestaba. Intenté pararme de la cama, pero el dolor de cabeza me taladraba el cerebro. Tenía una resaca de mierda.
¿Porque bebi tanto?
Me senté en la cama y me dí cuenta que aún tenía puesto mi corto vestido de la fiesta de anoche, junto a mi cama estaban mis botines. No recordaba bien que había pasado, pero segundos después todo llegó a mi de golpe.
¿Que mierda hice anoche?
Recordaba a JK lamiendo la sal de mi pecho, luego el bailando conmigo mientras me besaba el cuello.
Recordé que le había perreado a Hobi como puta, la vergüenza me hizo poner la cara roja.
Y luego estaba... Tae... Y el... Nos habíamos besado...
El recuerdo de la sensación de sus labios y su lengua con el piercing me hizo quedarme completamente tiesa.
Luego estaba Jungkook, sujetándolo del cuello con una mirada furiosa, se molestó conmigo también, y luego me arrastró hasta su auto y me dejó aquí...
Mierda.
Lo jodí todo.
JK estaba molesto, anoche no quiso hablar conmigo.
¿Pero en qué diablos andaba pensando yo para besar a su amigo?
Me puse de pie precipitadamente y busque mi teléfono. Lo encontré en mi bolso que estaba en la mesita de noche junto a mi chaqueta.
No habían mensajes de él, solo unos cuantos de Barbie preguntándome cómo había ido todo.
Marque el número de JK y llamé. No me contestó a la primera, pero tampoco a la segunda y tercera llamada.
Comence a arrepentir hasta de haber nacido.
“Jk... Necesito hablar contigo. Atiende por favor.”
Le envié un mensaje de texto. Pero ya estaba con los ojos llenos de lágrimas.
Decidí relajarme un poco y me fuí a duchar.
Al terminar, me había dejado un mensaje también.
“Estoy ocupado, hablamos luego”.
No hablamos por el resto del día, ni tampoco al siguiente, así paso una semana, y luego dos.
El primer día llore en silencio, no quería que el se alejara de mí, pero tampoco le rogaría, así que simplemente no le escribí más. Y el tampoco lo hizo.
Barbie y Jungwon vinieron e hicieron pijamada conmigo, les conté todo lo que había pasado en la fiesta. Ellos se sorprendieron por lo que había hecho con Tae, pero no me juzgaron, en ves de eso me consolaron. Barbie si me dió un pequeño sermón, pero luego me abrazo y dijo que le diera tiempo.
Así llegó la tercera semana y yo aún no sabía nada de JK.
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Estaba en el hotel, trabajando con los ánimos por el suelo.
Hice un par de reservaciones, y luego me puse a juguetear con un bolígrafo aburrida, pero fui interrumpida por una Madeleyn con semblante serio, tenía los brazos cruzados en el pecho.
— Cariño... Pareces un robot estos días. A leguas se nota lo desanimada que estás ¿Pasa algo? — pregunto seria, tal vez se había dado cuenta de las pocas ganas que tenía de trabajar.
