o. Soga

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Mi hilo rojo es una soga de suicidio,

cada mañana la acaricio,

cada noche lo saco de la rueca de tu voz,

lo repaso como perlas de un rosario

y cada que velo en el silencio

rezo «Dios te salve Celia amada».


Tejo en él el saco que me viste,

pero dieciocho segundos antes de romperme el cuello

me lo quito y lo deshilo

para asfixiar por otra noche tu recuerdo.

Las flores que las ruinas han regurgitadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora