La Niñera II

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Narra Romina

Los escuché irse de la habitación, primero esa zorra y después ese descarado infeliz. No podía creerlo, ni sacar esas imágenes de mi cabeza... Que bien cogía... Ay no, Romina, no pienses en eso.

Tengo que hablar con alguien, ya sé, Melissa debió haber llegado a su casa, le haré una video llamada.

En la vídeo llamada:
—Ro Ro, ¿qué onda? —me dice, estaba en su cuarto, con un remeron blanco y auriculares rosa.

—Te tengo que contar algo.

—A ver dime, dime qué ocurrió.

—Veraz... Encontré al marido de mi madre...

—¿Y?

—El tema es que lo encontré con alguien.

—No me digas más, la niñera.

—¿Que? ¿Como sabías?

—Porque es muy cliché en este tipo de historias que un hombre mayor, sexy, este con una chica de dieciocho o veinte años.

—Genial, estás a punto de romper la cuarta pared, espera ¿Sexy?

—Si, así es, apostaría que llegaste justo mientras lo hacían y te excitaste viéndolos.

—Así es pero...

—También —me interrumpe hdp —comenzaste a imaginar que ella eras tu, y ahora no puedes sacarte de la cabeza su enorme —comenzó a hacer el gesto con más manos.

—Espera, espera —la interrumpo— te llame para que me digas que hacer.

—Acabaran follando.

—¿Qué? ¿Quienes?

—Tu y él boba, insisto, muy cliché, el hombre sexy y la adolescente rebelde

—No digas tonterías.

—Es más, terminará en trío, las dos y él.

—Que bien, dando spoilers —digo irónicamente.

—Hasta acabas de admitirlo. Ojalá el escritor de esta historia me deje tener sexo un rato con él.

—Meli, no digas eso.

—Si es verdad, sería demasiado, quizá no vuelva a tener diálogo.

—Basta, respóndeme ¿Debería contarle esto a mi madre?

—No, piénsalo, ella viene de un duro divorcio... le Sería fatal volver a pesar por lo mismo...

—Es verdad... Pero tengo qué hacer algo.

—Cogértelo.

—Meli no digas eso.

—Fallártelo.

—Estás loca.

—Hacer dunga dunga.

—Te voy a cortar.

—Bueno, haz algo interesante, extorsiónalo o algo así

—¿Extorsionarlo? ¿A que te refieres?

—Mmm veraz, tengo una idea
...

Narra David.

Romina me vio, y parecía gustarle.
—¿Estás bien? —me dice Lucas—. Te veo pensativo.

—¿Recuerdas a Romina, la hija de mi esposa?

—Si, la recuerdo.

—Me vio cogiéndome a la niñera.

Sexo En Diferentes VocesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora