Irresistible ~ SakuIno ~

Uno 💝

Sakura había regresado a Konoha luego de seis años. Cuando había tomado la decisión de irse había pensado nunca más volver. Nunca creyó que tendría que volver.

Solo malos recuerdos le traían ese lugar en verdad. Si no estuviera tan necesitada nunca habría regresado. Pensando aquello se dirigió al departamento que había alguilado antes de llegar allí.

Ese departamento estaba amueblado, ella solo llevaba su ropa y su computadora. Suspiró profundo y angustiada mientras se instalaba.

Se duchó para relajarse debido al agotamiento que llevaba encima. Un día de viaje en avión desde Uzu a Konoha. Un largo trayecto.

El agua tibia acariciaba su esbelto y delicado cuerpo desnudo, ella se fue pasando el jabón en gel por cada sector de su cuerpo con sus manos, masajeandose en un intento por relajarse.

Media hora después salía de la ducha para secarse y vestirse. Era verano por lo tanto se colocó un shork rojo, una blusa rosa, sandalias rojas y una campera roja y rosa.

Salió a comprar comida con sus cabellos rosados humedos. Asi recorrió su ciudad natal asombrándose de lo mucho que había cambiado Konoha. Había crecido y estaba más hermosa.

Se fue encontrando con algunos conocidos en el camino que se alegraban de verla. Esa tarde tenía que presentarse en la empresa que la había contratado, por eso debía apurarse a almorzar.

Una hora y media después Sakura se presentaba en la empresa con la nota de recomendación. El gerente la recibió con intensa felicidad ya que venía muy bien recomendada.

Aquella era una prestigiosa editorial y Sakura se ocuparía del sector de publicidad junto con Ten Ten, una vieja amiga de su infancia.

Ambas se alegraron al verse volviendo el trabajo más ameno. TenTen le explicó cómo funcionaba todo para que no tenga problemas.

El trabajo se prolongó hasta entrada la noche. Cuando llegó su hora de salida se retiró agobiada. Para cenar fue al lugar donde solía ir cuando vivía allí. Pero al entrar chocó contra alguien volteando sus carpetas.

- Disculpa, venía distraída - dijo la otra persona
- Está bien, ni fue nada.

Cuando ambas se miraron los colores huyeron de sus rostros debido a la gran sorpresa de las dos.
- Sakura
- ¿Ino?

Ninguna de las dos supo qué decir ni qué hacer. De hecho ni siquiera se atrevieron a moverse del lugar donde se encontraban.

Las dos sintieron que el tiempo retrocedía a seis años atrás cuando aún eran parejas, cuando no podían vivir la una sin la otra. Cuando el amor reinaba en el aire y en sus vidas mismas.

Pero la pelirosa recordó aquella gran traición de la rubia, traición que la despedazó por dentro y una vez más sintió cómo su corazón era estrujado.

La angustia la invadió peligrando que las lágrimas humedezcan su rostro una vez más, allí frente de aquella a quien tanto había amado y por quien estuvo dispuesta a ir hasta el fin del mundo de ser necesario.

Ino Yamanaka, aquella belleza dorada cuya mirada se asemejaba al cielo en un día de verano. Vestía panatalón chipin violeta oscuro, zapatos tacos altos violetas también. Top negro y una campera violeta y negra.

Su dorada cabellera permanecía suelta y caía por su espalda como cascada. Blanca piel del porcelana, sus senos seguían siendo grandes y en extremo deseables que lograban quitarle el aliento a Sakura pese a sí misma.

Una vez más la pelirosa se sorprendió deseando amasarlos tomamdola allí mismo. Muy a pesar del intenso dolor que su alma sentía por su infidelidad.

-¿Qué haces aquí Sakura? - preguntó Ino ya que en verdad estaba asombrada, debido a que nunca había imaginado volver a verla.

Sakura se obligó a si misma a endurecer su alocado corazón, sujetó sus carpetas y mirándola con repentina dureza respondió:
- No es de tu incumbencia Ino.

Luego siguio avanzando hasta perderse dentro del restaurante eligiendo una mesa aislada de las vistas ajenas.

Tenía que controlar su alocado corazón o acabaría sufriendo otra vez por causa de esa belleza dorada.

Ino la observó marcharse y aunque anhelaba con cada fibra de su ser seguirla y besarla hasta perder el sentido, se obligó a sí misma a salir del lugar y proseguir con sus planes.

Suficiente dolor había padecido tiempo atrás debido a su abandono, no tenía por qué rebajarse a su nivel humillandose más de lo que ya había sido humillada hacía seis años atrás.