Tres 💝

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Ino estaba enfrascada en los archivos de su trabajo sintiendo que el tiempo se le venía encima. Pero debía reconocer que Sakura era muy eficiente ya que hacía el trabajo de cien personas juntas de manera brillante.

Aún así tenía mucho por hacer. Esa tarde envió dos proyectos para ser desarrollados inmediatamente. Respiró profundo, ya que el agotamiento lo sentía desde su alma misma.

Se recostó en su silla sintiendo que iba a estallar debido al estress. Fue cuando la imagen de esa hermosa y traidora pelirosa se le cruzó por su mente.

La imaginó allí, frente suyo en su oficina haciendole estriptis de forma tan sensual, que la rubia misma empezó a excitarse. Sus senos se endurecieron y presionaron sobre su corpiño.

Se estaba excitando a más no poder por culpa de su maldita imaginación. Ino se preguntaba ¿por qué demonios tenía que excitarse con Sakura? ¿Por qué con ella precisamente? ¿Acaso era masoquista?

El calor empezó a aumentar en su cuerpo, al punto de tener que abanicarse ya que comenzaba a transpirar por cada poro de su piel.

Imaginar a Sakura desnuda en su oficina hizo que se humedezca su vagina. Tendría que darse una ducha helada o poseer a esa pelirosa lo más pronto posible.

Pero no le era posible hacer ninguna de las dos cosas para mayor frustración suya. A modo de distracción abrió los archivos de la empresa para ver qué había de nuevo.

Allí encontró una solicitud de Sakura en la cual pedía fondos para ampliar la editorial y abrir una sucursal especializada en novelas juveniles. Incluso explicaba que había encontrado varios manuscritos que podrían publicarse en esa nueva sección.

Ino debió reconocer que era una brillante idea en verdad, pero en su actual estado de deseo y agotamiento que le impedía pensar con claridad, se le ocurrió una loca idea.

Convertiría a Sakura en su amante humillandola al punto de eliminar toda seguridad de esa pelirosa, de paso ella podría satisfaccer sus alocados deseos sin comprometerse.

O aceptaba su propuesta o acababa sin trabajo directamente. Ino sonrió anticipandose su triunfo mientras la hacía llamar.

Minutos después Sakura entraba con evidente nerviosismo. Ino podía ver su incomodidad.

Respiraba entrecortado, sus deliciosos senos subían y bajan excitandola más de lo que ya estaba. La rubia apretó los labios maldiciendo su debilidad mientras decía con intensa frialdad aparente.

- Sientese señorita Haruno - se esforzaría en aparentar lo que no sentía. Indiferencia - Estuve revisando los archivos de la empresa y encontré un curioso proyecto suyo. En verdad se ve interesante pero, no acaba de convencerme.

Sakura aguardaba en silencio esperando saber a dónde quería llegar Ino ya que estaba desconcertada.

Ese proyecto lo había enviado antes de enterarse de que Ino no solo trabajaba allí, sino además tenía la mayoría de las acciones allí. Ahora empezaba a arrepentirse de haberlo enviado.

- Sin embargo podría llegar a conciderarlo si es que aceptas ser mi amante.

-¿Disculpa? - exclamó Sakura creyendo haber oído mal - ¿Qué dijiste Ino?

- Vuelvete mi amante y aceptaré tu proyecto e incluso te nombraré dirigiente de esa nueva sucursal.

Sakura la miraba mucho más que asombrada, en verdad no podía creer que Ino le proponga menuda insensatez. ¿En verdad quería que sean amantes?

-No puedes estar hablando en serio Ino
- ¿Acaso ves humor en mí? Si no quieres no hay problemas, pero tendrás que irte de la empresa Sakura.

Ambas se miraron a los ojos en silencio por unos momentos, ninguna de las dos quería ceder.

Sakura solo quería trabajar y alejarse de Ino. La rubia quería vengarse de la pelirosa por romperle el corazón.

A su vez Sakura aún recordaba el doloroso momento en que encontró a Ino, su novia, en la cama con otra chica. Y encima se mostraba altanera y en extremo orgulosa.

¡Y ahora le exigía ser su amante! Parecía una broma de muy mal gusto en verdad. Sakura empezo a restregar sus manos en su vestido rojo, ya que habían empezado a sudar.

Su verdosa mirada se posó en los sensuales labios de la rubia, despertando su deseo muy pero muy a su pesar.

Mientras su mente se negaba a aceptar menudo ofrecimiento, su cuerpo se excitaba a cada segundo que pasaba debido al posible hecho de estar en sus brazos otra vez.

- No - respondió Sakura poco convencida
- No tienes otra opción y lo sabes.
-¡Qué tiene que ver ser tu amante con un proyecto de trabajo! No tiene sentido Ino.

- Es el precio a pagar por haber sido tan maldita conmigo. Agradecerme que te acepté en mí empresa de lástima.

-¿Qué? - Sakura cada vez entendía menos.
- Lo que oyes, serás mi secretaria personal y privada Sakura.
-¿Tu secretaria? Pero si...

- Acabo de transferirte
- Me denigraste al descenderme.
- Es mí empresa, tomalo dejalo.

Sakura resopló indignada y rendida, debió imaginar que alguien como Ino haría algo así. Pero lo cierto era que necesitaba el trabajo. La miró a los ojos dolida.

Esa mirada afectó a la rubia, ya que aún la amaba pero su venganza estaba por encima de todo. Al verla derrotada sintió placer para sus adentros.

- De acuerdo Ino, acepto tus términos. Pero tú también deberás cumplir.
- No estás en posición para exigir nada Sakura. ¿Oíste? Nada de nada.

La pelirosa la miró entre dolida y molesta. Pero bajó la cabeza sin otras opciones. Ino se incorporó y se acercó a ella como una serpiente dispuesta a enroscarse en ese hermoso cuerpo.

Acarició el rostro de la pelirosa con intensa sensualidad mientras la traspasaba con su ardiente mirada celeste.

Acercó sus labios a los de Sakura hasta rozarlos mientras le acarciaba sus cabellos. Sus alientos entrechocaron.

La pelirosa respiraba entrecortado sintiendo cómo Ino la rodeaba con sus brazos para presionarla contra su esbelto y sensual cuerpo sin poder moverse siquiera.

- Nos divertiremos en grande Sakura, ya lo verás.
- Ino....yo....yo no....

- Shhhhhh - Ino colocó su dedo índice sobre los labios de Sakura - No permito que digas no, esa es una palabra prohibida para tí ¿estamos?

- ¿Cómo dices? Pero....
-¿Estamos?
- De acuerdo....estamos.

- Bien, muy bien Sakura. Así me gusta, tendrás que volverte muy obediente. Puedes retirarte.

Luego Ino se alejó de ella, sabía que la pelirosa tenía que trasladarse a su nuevo escritorio. Además debería irse con ella cuando salgan del trabajo. Le apetecía cenar a su lado.

Sin más opciones Sakura apretó los labios y dijo:
- De acuerdo, con su permiso jefa - y abandonó la oficina sintiendose desfallecer por la humillación.

Irresistible ~ SakuIno ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora