Cuatro 💝

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Ino le había ordenado a Sakura vestir unicamente short, vestidos o faltas mini. Sus piernas debían permanecer al aire libre siempre. Y usar solo zapatos tacos altos. Arriba debia llevar top o blusa con escotes pronunciados.

La pelirosa enrojeció hasta la raíz de sus cabellos al imaginarse tener que usar ese atuendo. No era que no le gustase vestir así pero al oír a Ino ordenándole aquello su vergüenza amenazaba con matarla.

Así al día siguiente llegó con un short rojo, zapatos tacos agujas rojos intensos, blusa rosada con un pronunciado escote semi transparente salvo por la parte que cubría sus senos.

Su campera roja, no obstante la cubría bastante. Sus sedosos cabellos rosados brillaban con el sol. Sus labios rosados y mejillas blancas rosadas le daban un atractivo muy especial.

Ino así la deseaba tener, sexy y en extremo atractiva bajo sus zapatos. Por su parte, Ino llevaba puestos unos pantalones violeta oscuro chuping, un top negro muy escotado. Zapatos tacos altos violeta oscuros y campera violeta y negro.

La presencia de la pelirosa hacía que Ino se sienta muy bien, y más animada. Adoraba tenerla todo el tiempo cerca, a su lado y sin moverse. Por cualquier excusa la llamaba y la retenía en su oficina horas.

Empezaba a acostumbrarse a su forma de trabajar. Saber que hacía lo que ella le ordenaba la fascinaba a más no poder. A su vez la rubia se volvía muy posesiva y celosa con respecto a Sakura.

Como era la jefa nadie, ni siquera Sakura misma, se animaba a contradecirla. Pero el clima de trabajo era bueno y amistoso. Salvo para Sakura que empezaba a sentirse un objeto.

La pelirosa en verdad no entendía la actitud de Ino, después de todo la amó con locura.

Estuvo dispuesta a casarse con Ino pero la rubia tuvo que serle infiel. Y ahora actuaba como si ella fuese la despiadada mientras que Ino se convertía en victima. Eso no tenía ningún sentido.

Ino la había hecho llamar para comunicarle que partirían rumbo a su casa de verano, donde seguiría trabajando y planeaba quedarse allí por algunos días. Por supuesto que Sakura debía acompañarla y quedarse allí también.

La pelirosa apretó las manos en forma de puños y sus labios con fuerza intensa. Deseaba poder gritarle a Ino que no estaba dispuesta seguir obedeciendo sus ridículas y absurdas órdenes. Pero la muy maldita le tenía prohibido decir "no". Era tan frustrante aquello.

-¿Por qué Ino? ¿Por qué yo?
- Porque así lo decidí Sakura ¿alguna queja? - la pelirosa negó con la cabeza - Excelente señorita Haruno. Ve a preparar tus cosas, tienes media hora antes de regresar aquí o te haré traer a la fuerza.

Sakura resopló indignada, pero obedeció las ordenes de la rubia. Ino no le daba respiro alguno, ni siquera para ir al baño. Se había empecinado en hacerle la vida imposible.

Ino tenía que tomarse unas merecidas vacaciones y por muy loco que paresca, planeaba pasarlas con Sakura. Tenerla como amante y empleada personal la excitaba a más no poder.

Cuando la pelirosa regresó, Ino la hizo llamar nuevamente a su despacho.
- Cierra la puerta con llave Sakura - dijo la rubia sonriendo al verla tan obediente - Ahora quedate quieta en el centro la habitación - Ino había apagado el contestador y el teléfono.

En verdad estaban aisladas, tal como a ella le encantaba. Luego se incorporó y se acercó a su Sakura, quien la miraba entre intrigada y nerviosa. Pero Ino la estrechó en sus brazos amasando sus nalgas con su mano derecha mientras le acariciaba una de las mejillas con su mano izquierda.

Sakura quedó inmóvil sin saber qué hacer.
- Abrazame Sakura - dijo la rubia con voz sensual prácticamente susurrando. La pelirosa obedeció sin chistar rodeando el cuerpo de Ino con sus brazos - Perfecto.

Luego la besó con pasión intensa y salvaje mientras usaba su mano izquerda para acariciarle la espalda. A su vez, Sakura se detuvo a amasar los enormes y apetitosos senos de Ino respondiendo a ese beso con otro más carnal y desesperante deseo.

El tiempo pareció detenerse en ese momento importando unicamente ellas dos y nadie más. Ninguna de las dos se había olvidado de aquel intenso amor que una vez sintieron. Ninguna había renunciado al apetitoso bocado que la otra representaba.

Por más dolor que aún sigan experimentando y aunque el tiempo pareció volar, ellas volvían a re-encontrarse para amarse una vez más.

Sakura se dejaba llevar por Ino, como siempre solía suceder entre ambas. Esa rubia era la única capaz de lograr hacerla vibrar del deseo.

Solo ella y nadie más. Al parecer convertirse en su amante no era tan mala idea después de todo.

Irresistible ~ SakuIno ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora