Blood Mark.

394 55 36
                                    


Resbale por las hojas mojada y la tierra encharcada. Lucas corrió hacia mi y me ayudó a levantarme, sacudió mi espalda sin importar si se ensuciaba él. Eleve la mirada y note como una niña estaba con Mike y Dustin; Era linda, no tenía cabello y portaba una playera extremadamente grande de color amarillo.

-Vamos a la bicicleta y a irnos ya a casa de Mike, te puede dar un resfriado. -Lucas y yo llegamos primero a la casa de Mike, fui al baño y me coloque la chamarra de Lucas, quien me la había prestado ya que la mía estaba sucia y algo rota.

Mire como la niña estaba en el sillón de Mike, con la mirada perdida, de veía que tenía frío. Mike busco en su sesto ropa limpia para dársela, camino nuevamente hasta ella y se la entregó.

-Toma, esta limpia, ¿si? -la niña se quito la chamarra de Mike e intento quitarse el camisón que portaba, hasta que la detuve. Los niños se dieron la vuelta y se cubrieron los ojos asustados.

-¡No! Aquí no. -Aparte sus manos del camisón y le señale el baño que había cerca. -No en público, allá hay un baño, podrás cambiarte con privacidad y no te dará tanto frío.

Lleve a la chica al baño, no quiso que cerrará por completo la puerta, tenía una voz dulce. Me dirigí nuevamente hasta donde mis amigos, quienes seguían sorprendidos.

-Que locura. -Soltó Dustin.

-Al menos puede hablar. -Respondí.

-Dijo "Si" y "No". La hermana de Mike tiene tres años y habla más. -Ahí está Lucas con su distinguido humor.

-Se iba a desnudar. -Mire mal a Dustin, quien imitó nuevamente el acto que la niña había hecho.

-¿Eso ya tuvo solución, si? Admito que es algo rara y parece psicótica pero no podemos estar hablando así de ella cuando está literalmente a unos metros de distancia escuchando seguramente todo.

-No debimos traerla aquí.

-Chicos ya me tengo que ir...-Dije mirando mi Reloj, que se había detenido hace no se cuando. Todos me miraron con temor, sabían que mi padre estaría furioso si me atrapaba llegando a esta hora. -Mañana nos vemos.

Subí las escaleras junto con Lucas, quien como siempre se encargaría de llevarme a mi casa. Me aferre a su cintura, era algo que lo ponía tenso y algo nervioso. Tenía frío y lo que más quería era llegar a mi casa, evitando el tema de mi padre.

-¿Estas segura? Puedes ir a mi casa y decirle a tu padre que te quedaste con alguna amiga.

-Si se entera que miento me irá peor. Estaré bien, mañana te veré en la escuela, no hace falta que vengas por mi, ¿sí? Te daré tu chaqueta.

-No, no. Me la puedes dar después, tengo uno en mi mochila por si acaso, además se te ve lindo. -Sonrió. -Bueno, adiós, Sam.

Lucas subió a su bicicleta y se marchó. Suspiré y me quite los zapatos para mi hacer ruido al entrar a la casa; Abrí la puerta y recé para que no rechinara. Mantuve mi mirada baja, creía que había logrado escapar por completo de mi padre, pero al ver sus botas negras rozando mis calcetas blancas supe que sería una larga noche.

Eleve mi mirada y note como tenía una botella de Alcohol en sus manos, me miró con enojo y al instante lanzó la botella de vidrio al pilar que estaba a mi costado. Los pedazos de vidrio cayeron en mis pies.

-¿Quien carajos te crees, Samantha? Eh. -me tomó con fuerza del brazo a tal punto de cortarme la circulación. Me intente zafar de aquel agarre pero era imposible, era muy fuerte.

-Tengo, tengo explicación papá, lo juro. No me hagas daño, por favor. -Sentía las lágrimas correr por mis mejillas rosadas debido al frío.

-Como si me importara tu estúpido bienestar. Las ganas que tengo de que te vayas de mi casa son enormes, no quiero tus estúpidas explicaciones absurdas maldita mocosa. Estas todo el día con esos estúpidos niños, quien sabe que es lo que haces todo el santo día con ellos. Eres igual a tu madre.

Mi padre impactó una cachetada en mi rostro, toque la zona que ardía y dolía debido al impacto. Seguido me tomo del cabello con fuerza y me llevó hasta la sala, trataba de luchar o de gritar pero no salía nada de mi boca, más que quejidos de dolor al sentir como mi padre comenzaba a golpearme. Tenía su cinturón de herramientas en la mesa, y con ellas su navaja favorita.

(...)

Lucas.

Caí en mi cama, cerré los ojos y lo primero que se me vino a la cabeza fue Samantha. Seguramente soñare con ella esta noche otra vez, estaba preocupado. Conocía a su padre y sabía de lo que era capaz de hacerle, dios como odio a ese hombre. Samantha era una chica dulce, es testaruda y algo explosiva pero no se merece el trato que le dan ciertas personas.

Un claro ejemplo, la basura que tiene familia y nuestros compañeros de clase. Sinceramente no se como pueden ser tan crueles con una niña tan linda como ella.

𝗬𝗕𝗪𝗠//𝗟𝗨𝗖𝗔𝗦 𝗦𝗜𝗡𝗖𝗟𝗔𝗜𝗥.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora