Forever Young

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Siempre he escuchado decir a muchas personas: Quisiera ser inmortal; sólo por el simple hecho de tenerle miedo a la muerte, de no hacer llegar aquel día en donde la vida se detenga e irte al otro mundo. Otros desean serlo para poder mantenerse en el cajón de arena para jugar como niños y seguir estando al lado de sus padres, y les doy la razón, que la infancia es lo más sano e inocente que puede haber en la vida; la juventud es corta, y se debe aprovechar. Pero, ¿realmente quieres vivir por siempre? Es algo que se lo pregunto a muchos, mas ellos responden con un . Ellos no tienen idea de lo tan doloroso que llega a afectar el vivir por siempre.

Soy Shadow. Muchos me conocen como la forma de vida perfecta, mientras que algunos me consideraban su amigo y compañero, asimismo colega. He visto partir a todos aquellos que quiero y que alguna vez los denominé como gente agradable. Haber visto ya tres generaciones de los Freedom Fighters vivir y salvar Mobius hace romper barreras y regresar en la línea de tiempo para recordar aquella década en donde el equipo era liderado por Sonic y su esposa Sally. Esta generación la cuido mucho, y es lo que haré con las siguientes, porque mi sangre y la de mi querida esposa Rose forman parte de ello.

Esta parte es lo que duele más, visitar el jardín en donde yacen los restos de la segunda generación de los Freedom Fighters. Mis sentimientos se conmueven con tan sólo ver las lápidas de los miembros de esa generación. Sonic, Tails, Knuckles, Rouge, la pequeña Cream... todos ellos se habían ido ya hace más de un siglo, y asimismo el tiempo se llevó a mi esposa y mis dos hijos, cuyos restos también yacen aquí. Traigo flores a este lugar, ellos nunca serán olvidados por más siglos que pasen.

Aún recuerdo el momento en donde ella se fue, la extraño tanto, y es por ello que me hace recordar tanto buenos momentos como los malos. Me había enamorado de Rose, y aún lo sigo, y eso es lo que genera dolor en mí porque ella ya no se encuentra a mi lado para consolarnos entre sí. Comencé a recordar el último día que viví con ella, el día en donde cambiaría todo pese a que aún tenía la compañía de nuestros dos hijos, es que nadie podría reemplazar la gran paz que Amy Rose brindaba a nuestro ambiente y hacía que nuestros sentimientos se fortalezcan. Fue un hecho realmente desgarrador, porque Amy se fue justo en un día en donde ella había preparado un picnic para nosotros.

—Shadow, cariño, no puedo subir a la cima de la colina... —fue lo que Amy me dijo en aquel día, lo recuerdo a la perfección, pues nosotros solíamos realizar este tipo de reuniones en las colinas de Green Hills.

—Ven aquí, princesa —se lo dije con mi lado más cariñoso; ella era mi esposa, a la única a quien había demostrado este afecto.

Mi Amy, tras estar encinta nueve meses de nuestro tercer hijo, no podía subir con facilidad a la colina, a lo que yo proseguí a cargarla como una princesa, porque para mí, ella tenía el aspecto de una princesa elegante, y su humildad lo intensificaba aun más.

—Eres tan lindo, Shad —dijo ella con una tierna voz cuando ya habíamos llegado a la cima de la colina.

—Sabes que siempre lo seré contigo, mi Rose —le respondí antes de darle un beso en la frente—. Siéntate a un lado, linda, alistaré lo que has cocinado —mandé, porque sabía que ella no podía esforzarse demasiado.

—¡Ey! Pero yo quiero ayudar —se quejó mi esposa, e incluso así se veía muy tierna.

—No, Rose, no quiero que te pase algo, ¿bien? Sabemos muy bien lo riesgoso que puede llegar a ser tu embarazo, y mi deber es protegerte —Tuve que obligarla, no podía dejar que mi Rose se hallé en peligro.

—¡Hmph! Está bien, cariño, sólo por esta vez... —aceptó Amy a lo que yo mandé, y yo le sonreí—. Recuerdo muy bien cuando no podías hacer eso tan a menudo —dijo ella, refiriéndose a mis reacciones.

Honey Honey |Shadamy - One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora