Los tiempos cambian, recuerdos perduran

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Esta historia está basada en el cómic "Sonic The Hedgehog: 30 Years Later"

Una eriza rosada de unos treinta y dos años se encontraba arreglando unas plantas en su jardín junto con su hija de cinco años. Estas vivían en un planeta llamado Armonía, debido a que todo era paz y tranquilidad, y la maldad se desconocía. El planeta ya mencionado tenía un cielo algo extraño, pues sólo se mantenía en un mismo color, que era como el atardecer, de un color naranja y tonos amarillos muy hermosos.

Madre e hija arreglaban y regaban sus plantas ya que, se veían muy hermosas en su casa. También, a la pequeña niña eriza le gustaba echarles agua a sus flores. La niña estaba algo cochina, pues su vestido color celeste estaba sucio por la tierra. Su madre notó ese detalle, y sólo comenzó a reír levemente, le encantaba pasar tiempo con su hija.

- Cariño, ¿Qué tal si vas a cambiarte de vestido? Ya estamos por terminar, y dile a tu papá que prepare algo de limonada. - le dijo la eriza mayor a su pequeña niña, quien se levantó del césped verde junto con su sombrero.

- Está bien, mami. - fue la respuesta de esta, y sin más que decir, se fue a dentro de la casa, de esta forma obedeciendo a su madre sin ningún problema.

La señora eriza vio cómo su hija se fue sin hacer algún berrinche, y cuando vio que ya había entrado, volvió a hacer su acción de antes. Una sonrisa se le formó en el rostro mientras que tarareaba una canción. Como en su hogar el día y la noche no existen, esta supuso que ya era hora de regresar a casa. Esta se levantó mientras que se quitaba los guantes sucios, y se limpió el sudor que estaba en su frente.

Al pararse de la tierra, esta miró al frente, y se dio cuenta de la presencia de un erizo negro con rayas rojas al igual que sus ojos. La sonrisa formada en su rostro desapareció al instante al ver al erizo, quien estaba parado fuera del área de la casa que lo separaba unas vallas blancas. Esta frunció el ceño, pues no puede creer que está viendo al erizo que la abandonó hace años, o eso era lo que creía.

- ¿Shadow? ¡¿Qué rayos estás haciendo aquí?! - le preguntó la eriza limpiándose los restos de tierra que estaban en su vestido. El erizo negro estaba confundido, pero a la vez nervioso.

- He venido para estar con ustedes, Rose, para dedicar todo nuestro tiempo a nuestra hija educándola. - respondió este apenado al recordar todas las tonterías que ha hecho en Mobius. La eriza, al escuchar eso, se echó a reír sarcásticamente.

- ¡Claro! Después de todo lo que hiciste en Mobius, vienes aquí como si nada hubiese pasado. - dijo Amy señalándolo como si lo estuviese amenazando. Shadow, al escuchar eso, se sorprendió y abrió los ojos como platos.

- ¡¿Qué?! ¡¿De qué estás hablando?! - le preguntó Shadow a la rosada tratando de verse inocente. Amy negaba con la cabeza. "Qué hipócrita", pensó la de ojos esmeraldas.

- ¡No te hagas la víctima, Shadow! ¡Sé muy bien lo que hiciste en Mobius! ¡Ahora lo entiendo todo! Ahora entiendo porque me trajiste a este planeta desconocido que, ahora lo considero como mi hogar, ¡Porque ni loca regresaré a Mobius después de todo el desastre que hiciste cuando te coronaron como rey cuando te casaste con la princesa Sally después de que encerraste a Sonic en un mundo desconocido al igual que este planeta! - le dijo Amy sus verdades en la cara de Shadow sin tener que respirar en ningún segundo, pues su cara estaba tomando un color rojizo por la falta de respiración.

El erizo negro se quedó callado y pensativo unos segundos mirando el suelo, y recordando las leyes que puso en Mobius, todo el sufrimiento que hizo que la gente mobiana sintiera.

- ¿Quién te lo contó? - le preguntó el erizo negro sin dejar de ver el suelo. Amy lo pensó en un momento, pues si le dice la verdad, puede ser que este pierda el control, pero decidió decirle toda la verdad.

- Jet The Hawk. - respondió esta, mirando como este alzó la cabeza, fijando su vista en ella, tenía el ceño fruncido. Amy quedó confundida. - ¿Qué? ¿Qué creías? ¿Qué ellos iban a soportar todas tus tonterías? ¿Qué ellos iban a adorar a una estatua de un humano que murió hace cincuenta años? ¡Por tu culpa mucha gente murió sólo porque se negaba ante tu deidad! - Shadow se molestó al escuchar las palabras de la eriza rosada quien, lo decía como si estuviera vomitando todo el odio que sentía en ese momento.

- ¡Retira lo dicho sobre María! - le gritó este a Amy. Ella se asustó un poco, pues nunca ha visto ese lado de él, hasta que supuso algo.

- Debí suponerlo. Tú nunca cambiaste, ¿Cómo pude ser tan idiota para creerte? Sigues siendo el mismo erizo estancado en su pasado junto con la sed de venganza que lo carcome por dentro. Siempre nos mentiste a todos. Tu amabilidad, tu ayuda hacia los Freedom Fighters, tu ayuda por los demás, era una farsa. - por fuera, Amy demostraba odio, pero por dentro, la tristeza quería ganarle, pero no lo dejaría ir, ella ya no es la misma que iba detrás de su héroe azul, ella ahora es una mujer empoderada. - Ahora entiendo porque nunca accediste a casarte conmigo. Todo era parte de tu plan. Todo lo que decías, eran sólo palabrería de un hipócrita como tú. - sin más que decir, esta se dio la vuelta ya que, no pudo hacerlo, unas lágrimas comenzaron a resbalar en sus mejillas.

Esta comenzó a caminar evitando voltear para darle la última mirada. Shadow estaba arrepentido por todo lo que hizo. El erizo negro veía cómo ella caminaba, dispuesta a entrar a su casa. Este no la dejaría ir fácilmente, trataba de hablar, pero un nudo en la garganta se lo impedía. Hasta que se armó de valor para decirle lo que sentía en ese momento.

- ¡Rose! - llamó Shadow alzando la voz. Amy dejó de caminar. - ¡Yo, lo siento tanto! Realmente me siento, arrepentido. Me siento culpable por todo lo que he hecho. Pero, por favor, no me dejes solo. Perdóname. - pidió el erizo negro con la vista borrosa, Shadow The Hedgehog estaba a punto de llorar. La rosada se quedó pensando. - Yo, te amo. - lo dijo casi en un susurro, pero Amy llegó a escucharlo.

- Paga las consecuencias, Shadow, porque lo que siembras, cosechas. - le respondió esta con un tono firme, y sin decir otra cosa, entró a su casa ya que, le dolió responderle eso. Si fuera la Amy de hace años, lo perdonaría sin problemas.

Shadow vio cómo la rosada entraba a su casa sin mirar atrás. Este, cerró con fuerza los ojos, de esta manera sus lágrimas resbalaban hacia sus mejillas. El erizo, por última vez vio la casa de la eriza que ama, y siempre amará, y comenzó a caminar alejándose lentamente del área de la propiedad de Amy mientras que las lágrimas aún salían de sus ojos color rojo.

Honey Honey |Shadamy - One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora