Capítulo 3: Dilema

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U. Sasuke.
Tus fotografías están listas.
⟨archivo adjunto⟩
Puedes pedir las fotos impresas en la recepción de la empresa de Itachi, dí tu nombre y que vas de parte mía.
Sobre el pago, no te preocupes, hice esta sesión con ustedes porque quería, no es un trabajo ayudarles a pasar un buen día en familia.
Salúdame a los niños y a Naruto.

Había sido un mensaje muy largo, pero supo lo equivocada que estaba sobre la supuesta personalidad superficial de Sasuke, en verdad la sesión entera el hombre tuvo ese tono serio y bastante demandante, nunca cambió mucho su expresión, a menos que alguno de ellos le mirara fijamente a los ojos, él sonreía con levedad y retomaba su trabajo.

En cuanto leyó los mensajes por completo, y recibió el formato de imágenes sin antes darle una espiada, supo que quería las fotos impresas para decorar su tocador con ellas, había muchas fotografías con Boruto riendo, o Himawari viendo a la cámara de manera distraída, era un trabajo fabuloso.

Así que, llena de emoción -y olvidando responderle a Sasuke-, subió a sus hijos al auto Chevy y ajustó sus cinturones, mientras que aseguraba que el portabebés (donde Himawari estaba sentada) estuviera fijo y abrochado.

-Mamá, ¿A dónde vamos? -Boruto preguntó, mirando a su hermana jugar con sus manos, mientras una sonriente Hinata ponía el seguro para niños en ambas puertas traseras, y cerraba.

Ella solo respondió dando una risita emocionada, que Boruto interpretó como las que hacía su papá cuando les daba un dulce de escondidas o comía ramen del tazón mágico que lo calentaba solo, así que tapó su boca con su mano y comenzó a reír bajo, con incredulidad.

Estuvieron diez minutos en el auto, antes de que Hinata se metiera al estacionamiento de un terreno enorme que abarcaba toda una cuadra, y los sacara de ahí, para ingresar a el edificio principal del territorio.

Boruto tomó la mano de su mamá con miedo cuando notó todos los hombres que iban y venían en el vestíbulo, y las mujeres que rodeaban las paredes llamando por teléfono a través de un audífono en su oído que llevaba la conexión a un micrófono cerca de la boca.

Himawari dejó de juguetear con el cabello de Hinata para prestar más atención a su alrededor, el clima ahí era cálido -comparado con otros negocios- y ninguno de los trabajadores parecía aburrido o estresado, al contrario, se veían felices al pasar corriendo o caminando.

Caminaron a la recepcionista ignorando el alboroto que se armó cuando un auto negro reluciente se estacionó afuera, Hinata quiso saludar y decir lo que Sasuke le ordenó, pero incluso la mujer que atendía esa zona brincó en su lugar al ver del auto salir a un hombre.

La familia Uzumaki fue testigo de lo serios que se volvieron todos, incluso de como alguien movía el clima, pues empezó a sertirse congelado, tal como afuera, las mujeres que atendían llamadas ya no sonreían, y hablaban monótonamente por el micrófono.

Los hombres ya no corrían y se saludaban entre sí, de hecho, ya no los veía por ningún lado, dejaron la recepción despejada de risas y voces alegres, la recepcionista llamó su atención con un carraspeo, repentinamente formal.

-Buen día. Deidara. ¿En qué puedo ayudarle? -la voz grave la desconcertó, pero bastaron segundos para que entendiera su confusión, y se avergonzara, sin embargo, después de bajar la mirada por la pena, decidió responderle y no haber perder el tiempo a un chico.

El hombre (recién descubierto, por cierto) miró detrás de Hinata a el representante de Fugaku Uchiha entrar, que sostenía una tableta frente a él, mostrando que estaba en videollamada con el padre del dueño de la empresa, todos regresaron rápidamente a sus puestos, incluso Deidara.

𝙢𝙖𝙢𝙖́ 𝙩𝙚 𝙖𝙢𝙖𝙗𝙖 ³ [⚜️] narusasu's novelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora