¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
EL MÁS BUSCADO,⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ capítulo cinco — eficiente sabueso
⠀ ⠀ ⠀
La clase de peligro latente que la rubia percibía estaba a la altura de aquella vez en la que unos brabucones no se tragaron el cuento del Eddie de quince, chico satánico que te podría lanzar una maldición si así lo quisiera, por lo que le destrozaron la nariz. En ese entonces no es que la flacucha niña Baine pudiera hacer mucho, mas sin embargo, eso no la detuvo. Lo que más le preocupaba era que la noticia que estaba volviendo loco a Hawkins no era un simple caso de acoso escolar. No, no... El nivel de catástrofe que veía venir era mil veces peor, porque involucraba una muerte.
La chica Cunningham no fue del agrado de Mary en ningún momento, no sólo por sus celos injustificados, que en realidad era el uno por ciento del motivo, sino porque había algo en esa muchacha que no le inspiraba confianza. Rostro angelical, pero sus actitudes decían poco más, siendo así, la rubia completaba su perfil con el de sus amigos. Esos despreciables engreídos. No obstante, eso jamás llegó a rozar el deseo de muerte, tampoco el de un mal menor, Baine se sentía un poco mal por ella incluso. Y ese vacío sin explicación de las distintas muertes del pueblo causaba en Rosemary un miedo profundo porque no tenía cómo saber quién era el siguiente. Si ella sería la siguiente. Debido a ello es que era tan precavida con las rutas que tomaba y cuándo volvía a casa, a pesar de que el toque de queda empezó y terminó en 1983. Inevitablemente sentía aproximarse a otro.
—¡Rose, espera! —la llamó su hermano mayor, preocupado al ver las intenciones de la chica por tomar el auto familiar—. ¿A dónde crees que vas? ¿Estás loca? Asesinaron a alguien allí, no puedes ir —reclamó sin moverse de la entrada de la residencia.
—¡Quiero ver si mi maldito amigo está bien! No molestes, ni papá me ha dicho algo —refunfuñó la chica, con los nervios en punta, no hizo caso a Ross, entró al auto y aceleró.
Puede que la rubia esté exagerando, pero conoce a Eddie y sabe que él estaría muy afectado por la situación, ya sea por víctima o por ser acusado debido a la mala fama. Y puede que sea una problemática de emergencia, pero ella seguirá conduciendo como lo dictan las normas. Nada de precipitarse. Para relajarse un poco, decidió encender la radio, la selección del día fue Black Sabbath, haciendo que ella de inmediato lo apagara. No la malentiendan, es fanática de Ozzy Osbourne, pero no le estaba ayudando.
Decidió estacionar el auto no muy cerca de la entrada del parque de tráileres de Forrest Hill para no ser detenida por policías. Entonces caminó un tramo corto por el bosque y se coló en el área con éxito. Aún recuerda cuando vivía allí, el asfalto desgastado, metal de los tráileres y carros oxidados y el pasto mal cortado fue parte de su día a día. Por fortuna ningún policía la detuvo en la zona gracias a que se hacía pasar como residente, sin embargo, eso no fue lo suficiente para acercarse a donde habitaba su amigo. A lo lejos no podía ver nada del interior, pero la camioneta de Eddie no estaba. ¿A dónde habría ido?
