⠀⠀⠀epílogo

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HOMBRE PECADOR,epílogo — magic tour

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HOMBRE PECADOR,
epílogo — magic tour



          Rosemary Baine podía asegurar que estaba pasando por uno de los momentos más estables del año —era bueno para su salud mental, pero en un principio se sentía extraña por el ritmo de vida estado que solía llevar—. Se había graduado de la preparatoria, su papá y Ross se manejaban en un buen empleo, de hecho eran compañeros de trabajo, con la excepción de que se ubicaban en distintas áreas. «Gracias a Dios», decía su hermano, que al contrario del señor Jackson, no le encantaba la idea de convivir las veinticuatro horas del día. Su madre ya no sólo se dedicaba a ser ama de casa, sino que había estado mirando algunas aficiones que terminaron por gustarle y eso influyó en su estado de ánimo.

          Y sobre Keith, bueno, seguía siendo él, salvo que el cambio horario no afectó su maratón del Oso Yogui que hacía con Mary.

          Ese día del mes de agosto, la rubia que prácticamente estaba acostumbrada a su nueva habitación, se había determinado que finalmente iba a ordenar las cajas faltantes, que sabía que traían un montón de recuerdos empolvados.

          —Rose voy a ir al club de té y luego algunas diligencias. Cuida tu hermano, por favor. Les dejé la cena hecha —se asomó Leyna, su madre, por el umbral de su puerta, con la cartera en mano.

          —Muy bien, mamá —contestó dejando los objetos en el suelo.

          —Hasta ahora —dijo por último.

          Mary redirigió su atención a una de las cajas, la cual era de zapatos, pero había sido forrada con papel de regalo morado. Al abrirla lo primero que encontró fue un papel blanco arrugado que cuando lo desdobló le trajo buenas memorias. Era la lista de cosas que quería hacer ese año: la primera correspondía a graduarse; Mary miró su caligrafía con orgullo, sabiendo que había sido logrado. Se levantó del suelo para ir a buscar en su escritorio un bolígrafo y al regresar tachó la meta completada. La siguiente era realizar la prueba para la licencia de conducir por tercera vez; esa había sido hecha en Hawkins, incluso ya fue descartada anteriormente, sin embargo, en la actualidad aquel documento que ansío tanto era obsoleto en su nuevo lugar de residencia, pero sí, debía de tenerla pendiente. Confesarse a Eddie; la rubia podría jurar que se le erizaron los vellos de la piel de tan solo leer esa línea.

         «¿Qué había sido de él? ¿Estaría bien?»

          Su mente ahora estaba agitada. Es decir, sí, había sido logrado, no obstante, no como a la Rosemary del primero de enero, vestida con su pijama de murciélagos mientras escuchaba villancicos lo hubiera deseado. En realidad le había provocado un desaire. El mismo día que perdió a Edward Munson de vista, fue el inicio del conteo de una semana en la que la chica no podía sacar la sensación de su último abrazo y beso. Para qué mentir, Mary la había pasado mal, porque más que haber perdido la oportunidad de compartir con quién probablemente era su alma gemela —aunque ella no creyera eso—, perdió la presencia de un gran amigo, alguien que la había acompañado desde que tenía uso de razón, por lo que la falta había ocasionado un gran hueco en su vida. Con el paso del tiempo, fue sonando y en ese momento pudo comprobarlo, ni una lágrima bajo por su mejilla.

困 sinnerman ━ eddie munson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora