El día comenzaba con tranquilidad a donde fuera que mirases. El cielo claro y despejado sobre la tierra fresca. El sol recién despertado, iluminando todo a su alrededor pero sin su característico calor. La suave brisa mañanera que paseaba libremente por las calles de la ciudad.Dos figuras cruzaban las calles, unidos por las manos, en una misma dirección. El más pequeño tarareaba alegre, ansioso por empezar en ese momento con los exámenes. El más alto llevaba el rostro sereno, pero en sus ojos se apreciaba su terca decisión. Ambos se encaminaban a en donde tomarían lugar sus exámenes de admisión en la UA.
Al llegar a la entrada de la institución, los nervios empezaron a hacer estragos en ambos cuerpos. Uno mantenía ocultas sus emociones tras un ceño fruncido. El sudor excesivo en sus manos era la única prueba de su intranquilidad, motivo por el cual separó sus manos poco antes de llegar al lugar. O al menos para la mayoría de las personas. Mas cierto peliverde era capaz de leerlo como si de un libro para niños se tratase, sabiendo así que a este le preocupaba quemar su mano o dañarla sin querer. No quería volver a quemarlo.
Y a este lector de personas se le notaban los nervios a flor de piel. Daba igual cuánto intentase ocultarlo con una sonrisa. Un muy mal intento de sonrisa mejor dicho. Eso sí, tampoco era difícil ver la creciente emoción en esos ojos esmeraldas.
Se miraron de reojo y entraron al recinto. Ese sería su primer paso hacia su tan deseada meta. O más bien, caída para Izuku. Por suerte, no llegó a tocar el suelo. Cuando abrió los ojos, se vio a sí mismo flotando en el aire como un ligero globo. Kachan parecía sorprendido también, aunque intentó disimularlo. Entonces, fue levantado y dejado de nuevo con los pies en la tierra como si nada.
— Gracias. — agradeció con una hermosa sonrisa mientras se daba la vuelta para ver quien era su salvador; o ,en este caso, salvadora.
Resultó que, quien había evitado que besase el suelo nada más entrar era un preciosa chica de su misma edad, de cabello corto color café y grandes ojos chocolatados. Su inocente mirada, rosados mofletes y baja estatura, aunque más alta que Izuku, le daban una apariencia aniñada y adorable.
— No es nada. No te preocupes. — respondió con una sonrisa. — ¿Tú estás bien?
— Sí, no te preocupes. Gracias de nuevo por ayudarme. — un ligero sonrojo nervioso surcó sus mejillas. Hasta ahora ninguna chica le había hablado directamente, a no ser que quisieran algo de él o simplemente desearan burlarse de alguien.
De repente, Katsuki rodeó su cuello con el brazo y lo aproximó contra él. Miraba a la chica con algo de recelo mal disimulado.
— Vámonos, tú examen empieza antes que el mío.
— ¡Oh, cierto! Casi se me olvida jeje. — se rascó la cabeza sintiéndose tonto por haberse olvidado del examen. — Será mejor que nos vayamos yendo. Adiós y gracias eeeh...
— Uraraka, Ochako Uraraka. — sonrió.
— Izuku Midoriya. — sonríe. — Y el es Katsuki Bakugo.
— Vámonos ya o llegarás tarde.
Agarró sin cuidado la delgada muñeca de Izuku y lo arrastró al interior del edificio.
— ¡A-adiós! —se despidió como pudo escuchando una risa divertida de la joven.
Una vez dentro, deshizo el fuerte agarre en su muñeca. Sin duda, eso dejaría marcas. Pero para Izuku, en ese momento, no le podía importar menos.
— ¡¿Pero se puede saber que te pasa?! — pronunció con ira.
Su ceño fruncido y mofletes inflados eran prueba del enojo creciente en su ser. Aunque solo lo hacían ver más adorable.
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Segundas Oportunidades
Random«¿Por qué los villanos son tratados como seres inhumanos? ¿Acaso no son personas al igual que nosotros? Entonces, ¿por qué?» BNHA- Izuku quirkless au Advertencia Yaoi (si no te gusta este género, le sugiero amablemente que no haga comentarios despe...