Capítulo 6

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Nezu, el director de la UA; un adorable, tierno y peludito humanoide cuyo coeficiente intelectual deja al mundo en completo ridículo. En comparación a él, todos tienen la capacidad cerebral de un bebé recién nacido común y corriente, inclusive el IQ de 260 de cierto peliverde. En esos momentos, se encontraba dando inicio a su discurso de apertura.

El chico de esmeraldas por ojos, sentado en una esquina algo alejada del resto de los estudiantes, prestaba atención a cada discurso y presentación dada. Tal era la emoción bombeando en su venas, que pareciera como si decenas de diminutas florecillas blanquecinas flotasen a su alrededor. Una hermosa ilusión que, sin duda, no pasó desapercibida entre la multitud repartida en asientos por el lugar.

Era de esperarse dicha reacción. Después de todo, ¡lo había logrado! Estaba en la UA. Casi parecía un sueño. Uno tan real que, si en ese momento se despertara, quedaría devastado.

La sensación de alegría se extendía por la multitud. La sonrisa del ojiesmeralda podía ser extremadamente contagiosa. Tanto que, sin ser consciente de ello, dicho hecho daría lugar al comienzo de cierto rumor. Uno tan bueno como vergonzoso para nuestro querido peliverde.

En algún momento entre las presentaciones de los héroes que trabajaban allí, el pecoso por fin se percató de que los asientos de los estudiantes de la clase 1°A permanecían vacíos. En un principio, antes de iniciar la ceremonia, pensó que solo era un atraso. Aunque, nada más se asomó  el primer héroe profesional, todo cuestionamiento sobre el paradero de Kachan y Ojiro quedó aparcado a un lado.

Una vez terminada la ceremonia, siguió la corriente de personas al interior del edificio principal. Al mismo tiempo, su cerebro se encargaba de hacerle rememorar los sucesos de hacía unos días.

Seis días antes de ese, a las 03:00 am, los dos rubios de opuesto carácter narraban con emoción su admisión al curso de héroes. Desafortunadamente, el agotamiento en la voz de cierto peliverde había sido recibido por ambos adolescentes como un indicador de un claro rechazo. Estaban tan preocupados por su salud mental como para visitarlo esa misma tarde con helado y una película en mano. Era muy tierna la manera con la que buscaban animarlo, como si se tratara de una chica recién despechada. Vaya sorpresa se llevaron cuando lo vieron saltar de la alegría después de serle informada su aceptación en la UA. Pero, por sobretodo, como se les cayó la cara de la vergüenza tras escuchar la adorable risa del peliverde al percatarse de lo que traían consigo.

Al final de la explicación por ambas partes, se rieron a carcajadas todos juntos. ¿Cómo sería posible que no aceptasen al dulce y adorable ojiesmeralda con la inmensa inteligencia y astucia que poseía? Sería una estupidez rechazarlo únicamente por la ausencia de un quirk.

Por otro lado, el pecoso decidió aprovechar la oportuna situación y tomó acción. Ese día presentaría finalmente a Ojiro a su pareja, Kachan. De alguna manera totalmente desconocida para el pecoso, se llevaron bien. Aunque para aquellos dos rubios era muy simple. Ambos se preocupaban por el más bajo. Lo adoraban y lo respetaban. Y lo dos deseaban desde lo profundo de sus seres proteger esa hermosa y contagiosa sonrisa suya. ¿¡Cómo no iban a llevarse bien con tanto en común!?

Pero seguro os preguntaréis mis queridos lectores: ¿Cómo podían saber todo eso del otro? ¿Acaso no se acaban de conocer? Pues sí. Sin embargo, el peliverde les había contado tanto sobre cada uno que era como si se conociesen desde hacía años. También, con dichas anécdotas fueron capaces de confirmar los hechos necesarios para aceptarse sin problemas. Y pensaréis: ¿Cuáles son esos hechos? Sencillo. A Katsuki no le importarás si no eres una amenaza. A Ojiro solo le importaba la seguridad de Izuku. Creo que es bastante obvio, ¿no? Bueno, continuemos, que nos estamos yendo por las ramas.

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