Puede ser

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Un día mas en la vida de nuestro Alto Castaño , todo empezaba como de rutina, se dirigía hacia la parada para tomar el autobús que lo llevaría a su preparatoria, o infierno innecesario como lo llamaba él, como cualquier día miraba el camino y pensaba en cosas absurdas sin sentido, al llegar y encontrarse frente a la puerta respiro profundo y se dispuso a entrar, pero choco de frente con alguien que iba pasando ¿Quién podría ser? Nadie mas y nadie menos que Irene a lo cual exclamó  

-Deberías poner atención por donde caminas-

Arturo algo somnoliento todavía se limito a contestar -Lo lamento, estaba distraído ¿estas bien?-

Irene algo apenada contesto -Si, lo lamento, no tenia idea de que eras tu- acto seguido se sacudió y le sonrío al castaño a lo que el correspondió el gesto.

-Bien ¿Qué  clase tienes Irene?-

-Matemáticas- dijo la muchacha algo desconcertada

-podrás creer que la materia es asquerosa, pero cuando conozcas a la maestra la vas a adorar, es un amor de persona- dijo el castaño mas sonriente de lo normal, tenía una buena relación con la maestra de nombre Laia, tanto que la consideraba mas que su docente su amiga

-Bueno, nos vemos- dijo Irene a punto de despedirse pero el castaño la detuvo diciendo

-Yo tengo clase con la licenciada Nora, me queda de paso, si quieres te acompaño- Irene lo miro extrañada y le contestó  -Esta bien, vamos- 

después de eso ambos empezaron a caminar a la par dirigiéndose a los salones ya indicados. en el camino el castaño no dejaba de hablar  y preguntar temas sobre si ya había hecho amigos, sus gustos y algunas cosas mas, menos de 5 minutos le  bastaron para conocer un poco mas a Irene, el castaño estaba sorprendido de encontrar una persona con la cual podía preguntar y hablar sobre cualquier tema, no se encuentra alguien así muy seguido, en parte esta fue una de las cualidades que lo flechó, una persona para la que ningún tema fuera un tabú o algo que no se pudiera comentar.

Al llegar a la puerta del salón de Matemáticas Arturo se detuvo y se despidió de Irene extendiéndole la mano, Irene correspondió el gesto tomando la mano del joven crespo, acto seguido Arturo se da media vuelta y se dirige a su salón, dejando en claro que no le quedaba de paso, solo quería saber mas sobre la muchacha. Arturo entro a su salón y se encontró con una mirada que le agradaría ver, la de Nerea.

Nerea era una joven morena, bella, de cabello negro y enredado, medía como mucho 1.67, mas que su amiga era su hermana, esa persona que en ninguna ocasión lo había dejado solo, de ahí su alegría por verla,

-Nerea!- Exclamo Arturo sorprendido y se apresuro a abrazar a quien consideraba su hermana

-Arturo, que alegría verte de nuevo- dijo Nerea con cierto tono de alegría en su voz y una sonrisa de extremo a extremo

Arturo sonriendo dijo -a mi también me alegra verte, al menos estas tu y no tengo que ver a otros 27 espermatozoides que se hacen llamar mis compañeros-

La jornada transcurrió de manera tranquila, nada diferente de solo clases y un pequeño descanso de vez en cuando, lo interesante vendría a la salida...

Un amor a blanco y negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora