¿Normal?

539 54 20
                                    

Ambos estábamos riéndonos, su mirada clavada en la mía , su mano golpeó mi hombro de manera amistosa. Se quitó el casco dejándome ver su sonrisa; sus hoyuelos se hicieron notorios, su cabeza se sacudió para arreglar los rizos y yo deseaba pasarle la mano por estos para aplacarlos.

Lando de momento a otro dejo de reírse para empezar a buscar algo a mis espaldas. Su sonrisa no se fue, creció. Volteé a ver de que se trataba, pero no era un algo, era un alguien. Daniel le guiñaba un ojo a Lando y el pequeño inglés no dudó en apartarse junto mío para ir directo con el Australiano.

—¿Que carajos?— Maldije en español.

Como si de ignorarme se tratase, el Australiano abrazó al número cuatro y lo empezó a alejar, y Lando no hacía nada para detenerlo.

Y entonces... Desperté.

Las mejillas me ardían por seguir imaginándome a los pilotos de McLaren hasta en mis sueños, me pasé la mano por la cara, queriendo sentirme y confirmar que aquello solo había sido un sueño.
Volteé a ver a mi alrededor y la oscuridad dentro de mi habitación no me permitió distinguir más que el cuerpo de Isa que yacía junto mío.
Suspiré derrotado ¿Qué mierda de sueño había sido ese?

Francia, Le Castellet 2021

Marc Márquez, uno de mis mejores amigos en el mundo motor. Nos conocimos hace tiempo atrás y al ser patrocinados por Estella, ser españoles y haber compartido tiempo en Red Bull, nuestra amistad era algo inevitable.

Era de los pocos amigos a los que podía contarle todo sin sentirme juzgado, sabía leerme mejor que nadie; tanto, que inclusive notaba cosas en mí que ni yo mismo era capaz de reconocer. Era de aquellos que llegaba a regañarme cuando las cosas se me iban de las manos o la cagaba.
Claramente, un buen mejor amigo.

Lo había invitado a la carrera en Francia, nos gustaba apoyarnos siempre que nuestros calendarios nos lo permitían, y el había estado fastidiando con venir a una carrera desde hace tiempo atrás. Le enorgullecía saber que su mejor amigo corría para Ferrari.

—¿Qué soñaste que?— Me miró un poco sorprendido.

—Puedes bajar la voz...— Le supliqué hundiéndome en uno de los sillones del motorhome.

—Perdón, solo estoy impresionado. No es normal soñar con tu ex compañero, verlo y celarlo de aquella forma, Carlos.

—¿Ce- celarlo?— Fruncí el ceño sorprendido.

—Si, eso que sientes, se llaman Celos. ¿Qué nunca los has tenido, o que?— Marc volvió a verme un poco sorprendido, y al ver mi silencio desvió su mirada.— ¿Ni siquiera por Isa?

—Con Isa es diferente, sé que no hay más hombres en su vida...

—Carlos, no se trata de que hayan más hombres en su vida o no, es tu pareja y en vez de hablar de como te la tiraste, que me cuentes cosas de ustedes o algo así, vienes a contarme esto. No era la clase de charla que tenía en mente para nosotros.

—Es que no se que esta pasando Marc, no me gusta verlos juntos. Lo detesto, siento de todo menos lindo al verlos reírse y es que no entiendo ni por qué!— Ahogué un gruñido. — Tengo el impulso de... No sé, alejarlo de él, pero se que no puedo porque es trabajo y ni siquiera debería importarme eso.

—¿Carlos, tu no crees que..?— Lo detuve apenas pude con la mirada.

—No Marc.— Tensé el rostro al pensar en aquella idea. Yo no era, yo no podía y no quería.

Not a bromanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora