Susuka, Japón 2019
Llevaba quince minutos dando vueltas por toda la habitación a paso nervioso, no sabía que es lo que estaba sucediéndome ni lo que hubiera sido de mi relación con el número 4 si hubiera permitido a mis impulsos llegar más lejos.
Estuvimos grabando el McLaren challenge de ese fin de semana, y todo parecía indicar que sería una sesión de rodaje bastante divertida como solían serlo normalmente, pero aquel rodaje fue un tremendo golpe de realidad y cuestionamiento para mi mismo.
Me había quedado anonadado por como Norris se había desenvuelto en el set. Era normal verlo riéndose, haciendo gestos y sus pequeños lloriqueos, pero aquella y por primera vez dentro de toda mi estadía en McLaren, le puse atención a mi compañero. Todo aquello me había dejado atontado, y estuve a nada de cometer una tontería al tomar el mentón del rizado, para hacerle probar el sushi, pero me corrió por la mente acariciarle los labios con mi pulgar.
Claramente un gesto demasiado expresivo para el tipo de relación se supone ambos llevamos.
¿Estaba enloqueciendo?
Yo sabía perfectamente que mis preferencias sexuales estaban marcadas por una relación de más de dos años con Isa. Y que realmente no me iban los tíos, o eso me quería hacer creer.
Aquella noche, logré convencerme de que solo había sido un pequeño momento de cariño debido a la hermandad que sentía por el piloto de los rizos. Al fin y al cabo era normal, habíamos sido como uña y mugre desde el día uno en McLaren, y le había cogido un aprecio muy grande.
Abu Dhabi, Emiratos Árabes 2020Mi último fin de semana como piloto de la escudería naranja. Había sido fichado por Ferrari para la temporada de 2021; era el sueño de todo piloto correr para una escudería tan renombrada que fue imposible no aceptar a penas me dieran la chance de probarles que tenía de todo para ser el piloto que buscaban.
—Vas a extrañarme, lo sé.— Alardeó Lando mientras caminábamos hacia la firma de autógrafos para los fans.
—Error.— Le dediqué una mueca. —Tu vas a extrañarme.— Lo empujé suavemente con mi hombro mientras reía victorioso.
—Presumido.— Me sacó la lengua como solía hacerlo cuando se molestaba conmigo, lo cual solo hizo que riera con más fuerza.— No chilles cuando te sobrepase en pista y destruya tus puntuaciones con mi papaya!—Lo veremos...
Francamente se sentía demasiado extraño el despedirme de la que había sido mi familia por dos años. Le tenía un aprecio a la escudería inglesa, era la primera que realmente me había hecho sentir en "Casa". Todos en McLaren; mecánicos, ingenieros, staff, eran una gran familia. Y dejarlos me tenía con el alma partida.
—¿Listos para su intercambio de cascos?— Charlotte se apareció dentro de la habitación.
—Nacimos listos, Char.— Se apresuró a responder el menor.
Ambos nos sentamos en las esquinas contrarias de la habitación y nos dedicamos a escribir nuestro mensaje de despedida.
Las palabras nunca han sido lo mío, siempre he creído que menos es más. Que las palabras a veces pueden ser vacías, pero en aquel momento tenía un mar de pensamientos y palabras atoradas en mano.
Sin embargo, no todas salieron.
Nos abrazamos una última vez en el aeropuerto, y las sentí de nuevo. Sentí esas mariposas que suelen atacarte cuando eres adolescente y te gusta alguien.
Mi primero instinto fue separarme rápidamente, estaba asustado. No era normal sentir esto, no ahora.
Tal vez solo necesitaba tomar mi distancia de Lando para no confundir mi sentir.
¿Mi salida? Un Italiano de la mano de un Monegasco y todo su equipo.
—¿Qué se supone que haré si no le agrado a Daniel?— Lando me miró con esos ojos de cordero suyos, haciendo que mi corazón volviera a partirse en dos.Sabía que el sufría de ansiedad y que los pensamientos de ese tipo podían jugarle una mala pasada. Me había hecho experto en ayudarle a calmarse cuando veía que empezaba a moverse demasiado nervioso.
—Estarás bien...— Le di un pequeño golpe en el hombro con mi mano.— Eres grandioso, y sé que Daniel te querrá como compañero. Tu le agradas a todos, muppet.— El rizado sonrió nuevamente.
—¿Tu estarás bien?— Asentí con una pequeña sonrisa.
Mi vuelo fue anunciado, lo cual significaba la despedida definitiva. Ambos nos volteamos a ver y nos dimos la mano.
—Venga cabrón, nos vemos el próximo año en pista.
—¡Solo me verás el alerón trasero!— Se defendió a carcajadas el inglés y su risa fue tan contagiosa que termine riendo mientras empezaba a darle la espalda para subir al avión que marcaría el fin de una etapa.Me sentía incompleto, deshecho y melancólico. Sabía que debía estar regocijándome de la alegría. Caray! Oficialmente era piloto de Ferrari, pero mi mente no dejaba de reproducir las palabras de Lando al entregarme su casco, nuestro abrazo y su rostro triste.
"Bienvenido a Ferrari" Pensé.
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Hola! Esta es mi primera historia, espero les guste. Honestamente aquí en wattpad no he visto tantas historias de Carlando, y pensé... "Debería escribir una", se que no soy la única loca a la que le fascina el bromance de estos dos pilotos.Si te gusta mi trabajo, me ayudas votando y comentando, eso me anima a seguir escribiendo!
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Not a bromance
Hayran KurguNo recuerda en que momento sus músculos, los rizos, la voz, sus manos y todo él empezaron a parecerme demasiado atractivos. Solo sabía que ya no podía negarme el sentir más que solo una amistad hacia el piloto número 4 de McLaren.