Angélica Sherman, una chica de 20 años decide escapar de un lugar donde siempre estuvo cautiva desde que era una bebé.
Decide irse a Nueva York y cambiar de apariencia, pero ella tenía poderes por lo que Shield no tardó en darse cuenta e ir a buscar...
En ese momento entre a mi habitación y cerré la puerta para luego buscar mi mochila y comenzar a guardar algunas prendas, tomar todo lo que me había dado John, en eso solo mire sobre a una de las mesas de noche que estaba el libro de Orgullo y Prejuicio y aún lado estaba el collar con el relicario que John me había regalado pero podía ver que había puesto una foto y decidí verla y al ver pude ver solo una foto de Steve y yo
Había sido una vez en que había salido con el y que nos habíamos tomado una serie de fotos y está había sido una de mis favoritas.
Y tan solo decidí dejar el collar en la mesa aún lado de mi libro y decidí continuar guardando y en eso él entró para luego cerrar la puerta detrás de él.
Steve: No hagas esto Ange. Angélica: Tengo que hacerlo. Steve: Deje ayudarte. Angélica: No. Steve: Te prometí cuidarte y eso haré. Angélica: Pues quiero que lo olvides. Steve: Prometí protegerte. Angélica: Steve no me hagas esto tan complicado más de lo que ya es. Steve: ¿Qué pasará con Mowgli? Angélica: Él estará bien, se quedará aquí, se que lo cuidarán bien. Steve: ¿Y quién te va a cuidar a ti?
En ese momento solo me quedé quieta y solo mirándolo mientras él también me miraba.
Steve: Ange déjanos ayudarte. Angélica: ¡No, porque no quiero que mueran!, ¡No quiero que tú mueras! Steve: ¡Y yo no quiero perderte!
En ese momento él se acercó a mi para que con sus manos me tomara de mi rostro de manera delicada pero a la vez fuerte de un modo verlo a él.
Steve: No lo entiendes, te amo, te amo desde que te conocí, pero nunca te lo dije porque quería conocerte, y al hacer eso me fui enamorando más y más de ti, cada sonrisa, cada mirada, cada risa, todo, todo de ti me fue gustando y amando, desde la primer noche, que tuviste aquella primer pesadilla tu estabas dormida y lo único que quiera hacer era besar tus labios, quería probarlos, porque no había conocido a alguien como tú y creo que nunca conocerá a alguien como tú.
Yo solo lo miraba y cada cosa que decía era verdad, aún no lograba comprender el concepto del amor y todo eso, pero sabía que no me mentía.
Steve: Pero lo que más amó, son tus ojos, esos ojos fuego, que no se pueden comparar ante el fuego, esos ojos que me llevan a la locura de ida y de regreso a la cordura, aquellos ojos que no puedo apagar con el agua, ni con nada, esos ojos que me dan calidez y frialdad al mismo tiempo, Angélica Sherman desde el día 1 que te conocí te has vuelto mi debilidad, mi fortaleza, mi coraje, mis agallas, mi alegría, mis tristeza, eres todo para mí y por más que me pidas que me aleje, te olvidé, y todo lo que quieras no podré hacerlo, porqué te amo y siento que no podría estar vivo si tú no estás conmigo, déjame protegerte, déjame cuidarte y déjame ser el único hombre que te ame por el resto de mi vida.
En ese momento solo sentí como él hizo que me acercará para así darnos un beso, pero era diferente, era un beso como de aquellos libros que yo con tanta pasión leía o de aquellas películas que disfrutaba ver con las chicas.
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Y aquellas palabras que él me había dicho no sabía cómo responder, había dicho tanto y sentí que aún faltaba más por decir, que aún no sabía con que palabras decirme lo mucho que me amaba y lo mucho que yo significaban para él.
Aquel beso había durado unos minutos que para mi eran eternidad, pero lo disfrutaba, incluso no quería que él dejará de besarme.
Pero por falta de oxígeno nos separamos y solo juntamos nuestras frentes.
Angélica: Aún no logro comprender cuál es el amor verdadero, pero el que me has demostrado puedo decir que lo es, y yo también te amo Steve, al principio no podía saber que era enamorarse y el que me gustará alguien como tú, pero ahora lo sé, y también te amo desde que te conocí, pero me invadía mi pasado y no lo quería aceptar, pero con el tiempo tanto tú cómo los demás me ayudaron a olvidar aquellos recuerdos y saber muchas cosas, y tú me enseñaste lo es el amor, me enamoré de ti por manera de ser conmigo, por tus ojos que me llevan a lo más profundo del océano y de también de lagunas dónde está rodeado un lugar hermoso, y tú también eres mi debilidad, eres mi alegría y eres mi tristeza por lo que no quiero que estés en esto, no quiero perderte tampoco, porque no soportaría verte morir, no sabría cómo superarlo, no sabría que hacer sin tí, y tenía mucho a lastimarte, porque fuiste tu quien me protegió... Steve: Y siempre lo haré, te prometí protegerte y lo vuelvo prometer, no quiero que te pase nada. Angélica: Yo también quiero que no te pase nada. Steve: Haremos esto juntos, ¿De acuerdo? Angélica: Sí.
Al decir eso le aleje un poco para verlo a los ojos y luego ver aquellos labios que de un modo me llevaban al cielo y al infierno de ida y de regresó, él era aquel ángel guardián que me volvía loca, esa luz al final del túnel, ese solo que siempre ansiaba ver tanto en la mañana como en la tarde, esa luz de la luna que alumbraba mis noches más oscuras, ese hermoso mar que con tanta calma ansiaba ver aún, esa brisa de aire que ayudaba a relajarme.
Sin pensarlo y razonarlo mucho me acerqué a él para tomarlo de la cara y ahora yo besarlo a él.
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Algo que sin darme cuenta él con mucho cuidado me hizo caer en mi cama, para estar encima mi sin aplastarme y solo estar recostados disfrutando aquel beso que tenía más pasión que cualquier otro beso que nos habíamos dado...
Y mientras disfrutábamos de aquel beso él se separó un poco de mi para estar solo a centímetros de mi rostro.
Steve: No lo haré si tú no quieres. Angélica: ¿Si solo quiero besarte? No quiero que te vas y me dejes. Steve: No me iré y jamás te dejaré.
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Él solo se acercó para continuar aquel beso mientras yo pasaba ambas manos sobre su nuca para estar más cerca de lo que estaba de él, ese momento solo sentía que éramos los únicos y pedía que ese momento fuera eterno.
