Capítulo I tercera parte: el destino dentro del valle

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Este año el invierno ha sido especialmente cruel. La mayor parte de la cosecha se ha perdido al adelantarse las heladas. Es raro el árbol que conserva sus hojas. Afortunadamente para el viejo Max y Sofía la manía de Ceto por cortar leña les ha permitido pasar noches tibias. Al final del invierno Ceto va a visitar a Méndez en su pobre choza y lo único que encuentra es una botella de licor vacía sobre la polvorosa mesa. Nadie ha vivido ahí en semanas, el otro lugar que podría resguardar al ebrio, la taberna, está cerrado por el invierno. Ceto y Sofía buscan por todo el pueblo, pero no logran encontrarlo.

Al anochecer Max encuentra al pie de la cueva del señor el cuerpo congelado y muerto de Méndez. Sólo Max, Sofía y Ceto despiden al viejo en el cementerio. A Ceto le parece demasiado fría la actitud de la gente del pueblo, pero su indignación no hace que alguien más aparezca.

Ceto no ha querido bajar al pueblo en días. Permanece frente a la chimenea hipnotizado por el fuego. Difícilmente cena y al lograr dormir no para de mencionar a Tania. Cuando despierta empapado en sudor y asustado Sofía lo consuela para que vuelva a dormir.

Ceto confiesa que no ha pasado día en seis años que no se haya preguntado si la pequeña pudo sobrevivir. Max no cesa de repetir que Mantra no deja a nadie con vida, por su parte Sofía sólo calla.

A pesar de la ausencia de Sofía, que insistió en quedarse en casa, la fiesta del pueblo da renovada vida al espíritu de Ceto sobre todo con el buen pronóstico de Zoran. Antes de partir Zoran toma el brazo de Ceto y le pide que lo acompañe, Max también ira. En el misterioso templo del valle, Zoran se quita su capa ritual y sirve un vaso de vino al extrañado Ceto. A pasar de lo reducido que parece desde fuera el lugar es enorme.

Zoran los conduce a lo que él llama el salón del valle, ya que ahí se encuentra cada alma de los que viven en él. El salón está bajo tierra y sólo Zoran sabe el camino. La luz se torna verdosa a medida que el hechicero abre la puerta. Al entrar el espectáculo es formidable, mil fuegos ardientes, grandes y pequeños, todos en el mismo salón. Max señala presuntuoso el suyo y despectivamente el de Zoran.

— pero faltan dos, ya que no es toda la gente que vive en el valle —explica Zoran.

— el tuyo jamás estará aquí, no perteneces a ésta tierra, pero el de Sofía pronto estará aquí por siempre.

— ¿por qué me han traído aquí?

— tu indignación por la muerte de Méndez, creí que querrías escuchar parte del secreto del valle.

— hace mucho existió un ser de oscuridad en estado puro. Su objetivo era destruir el mundo entero. Sembrando corrupción y haciendo que los hermanos se mataran entre sí. Los habitantes del valle se dejaron seducir por las promesas de poder que les hizo dicho ser. Esto puso en peligro al mundo entero.del cielo bajaron elfos de luz que se enfrentaron al enemigo oscuro. La batalla creó el valle y fue en esta cueva donde todo terminó. El mal fue derrotado, perosu escencia permaneció encerrada en el lugar de su caída. Quienes fueron seducidos por la oscuridad mal nutrida, fueron condenados a resguardar el poder del enemigo y purificarlo. Jamás deberán abandonar el valle, aún después de muertos.

— seguramente Sofía ya te contó cómo es que llegamos Zoran y yo al valle.

— sí, Zoran era un hechicero y vino hasta aquí para matarte.

— y lo logró, de echo ambos morimos esa noche. Melitón fue quien nos hizo ese favor. Zoran no sería libre de la influencia de Mantra hasta que muriera y yo, bueno, morí antes de saberlo. Melitón lo sabía, así que después de que Zoran cumplió su misión la espada de Melitón atravesó el corazón del hechicero. En la cueva del señor dejó nuestros cuerpos, a excepción de nuestros huesos. El muy desgraciado nos los saco pacientemente y los enterró en lo más oscuro del cementerio. Tardamos toda la noche en volver a la vida y entonces supimos la verdad. Melitón necesitaba dos extranjeros, Zoran sería el oráculo, ya que es un hechicero, podría hablar como mensajero de los dioses cada año, según un supuesto designio que mencionó. Yo sería el juez, quien decidiera y protegiera el valle, ya que fui un gran guerrero.

Valle de Sombras: capítulo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora