reputations || rodriván.

𝟶𝟾. 𝚎𝚒𝚐𝚝𝚑

— él está más cerca de lo que piensas. – Sofía miraba detrás de él con una sonrisa triste, pero de felicidad absoluta, e Iván al darse vuelta dejó caer todas sus maletas.

— ¡IVÁN! – la gente voltió a ver a Rodrigo por el estendruoso grito, no le importó, solo corría, sin saber realmente que iba a decirle, y aunque confiara en Cami, no estaba seguro si Iván correspondería sus sentimientos.

y de un momento para otro Rodrigo estaba frente a Iván, sudando, había corrido por todo el aeropuerto esperando llegar a tiempo, y lo logró, lo logró, ahí estaba, mirando a ese azabache de ojos oscuros al cual le brillaban los ojos y una expresión de sorpresa invadía su rostro, se veía hermoso, como siempre y en cambio Rodrigo parecía ser atropellado por 400 camiones uno tras otro, pero, no, claro que Iván no pensaba eso.

Iván lo miraba, miraba sus ojos verdes brillantes, notaba que había llorado y era su culpa, parecía que el mundo se hubiera detenido, sus maletas yacían en el piso y su mirada estaba perdida en los ojos profundos del castaño, se veía radiante, aunque se notara que no hubiera dormido, aunque se notara que estuvo llorando, aunque se notara que hizo el esfuerzo físico que no hizo en años en ese momento por su piel aperlada y levemente sudorosa, se veía increíblemente hermoso a los ojos de Iván.

e Iván fue el primero en hablar después de segundos que parecieron horas interminables.

— ¡perdóname! lo siento tanto, realmente no sé que me pasó, yo.. yo no quería aceptarlo, yo solo no podía aceptarlo, yo estaba asustado, cada palabra que vos dijiste es cierta, cada palabra que dijiste es completamente verdadera aunque preferiría que no lo fuera, Rodrigo, perdóname por favor, te lo suplico, no puedo alejarme más de ti. – Iván miraba a Rodrigo fijamente, su mirada vacía era brillante, pero melancolica, el azabache alzo sus manos y las puso en los hombros del contrario para acercarse y susurrar dulcemenre en su oído. —te necesito... – e Iván cayó rendido, rendido a su corazón y a sus pensamientos, Iván ya no podía más, Iván tenía que aceptarlo, y esta era su oportunidad, su última oportunidad de arreglarlo.

— ¡TE AMO RODRIGO CARRERA! – gritó, fuertemente, necesitaba hacerlo, gritarlo desde cada edificio en buenos aires, de cada casa en la ciudad y de cada lugar en su corazón, e Iván abrazo a Rodrigo fuertemente, como nunca se atrevió, como si realmente nunca más fuera a hacerlo.

los ojos de Rodrigo se cristalizaron.

— Iván, ¿esto es un sueño?

— Rodri, no lo es.. – rió, extrañaba tanto a este enano.

Rodrigo miró a Sofía, seguía ahí, ella lloraba, pero la miro buscando su aprobación, Sofía asintió, y se dirigió a su vuelo, desapareciendo.

— demostralo.

el azabache dudaba, si hacerlo o no pero en su cabeza solo se repitieron las palabras "a la mierda." e Iván lo besó, un beso tierno pero necesitado, un beso que significaba que al fin estarían juntos.

un beso simple y corto, de los que se veían como si fuera un primer beso, Rodrigo no se conformó, no, claro que no.

lo agarro de la nuca y lo arrastró hacía sus labios, juntandolos en un beso brusco y necesitado, más que el anterior, no le importaba su al rededor, no le interesaba, eran solo Iván y él, nadie más existía en su cabeza ni físicamente.

ambos se separaron por falra de aire, e Iván volvió a besarlo, lamiento el labio inferior de Rodrigo para que le diera entrada a su boca, y Rodrigo Carrera como podría resistirse a eso, pasaron unos segundos y se separó, no podía en un lugar así de público, seguían siendo figuras reconocidas, pero a Iván en este momento poco le importaba y busco los labios del castaño a lo que Rodrigo le respondió posando su mano en la cara. — estamos en un lugar publico, Iván.

— y eso a mi que re poronga me importa. – dijo Iván lamiemdo su mano para que la quitara, y funcionó, Rodrigo la sacó rapidamente. — IVÁN QUE ASCO ENFERMITO MOGO-. Iván lo interrumpió con un piquito en los labios, y seguir para dejar suaves besos en el rostro de Rodrigo, empezando por su frente, sien, su nariz, mejillas enrojecidas y terminando en un casto beso en sus labios, nunca creyó sentirse tan feliz, tan completo.

— me gustás, Rodrigo, tenía miedo de decirtelo, me gustás mucho, demasiado, de manera incontrolable, Rodri... – dijo Iván sosteniendo sus mejillas, dejando un beso en su frente y viendo los ojos llenos de felicidad del contrario.

— a la mierda el lugar público. – Rodrigo se puso de puntitas y besó a Iván en los labios nuevamente, quería estar así por horas, meses, años, siglos y eternidades.

— hay que seguir teniendo en cuenta el espacio público, dejá de levantarme la camiseta, Rodrigo idiota. – dijo Iván entre los labios del ojiverde, sonrojado por el contacto, Rodrigo rió.

— te amo demasiado, Iván Buhajeruk.

— yo más, Rodrigo Carrera.

ambos sonrieron, con los ojos, labios, y alma.