Con Asher y Alexei desaparecidos, Silver, tiene que encontrar un equilibrio a su nueva vida y realidad, cargando con las consecuencias de los eventos pasados pisando sus talones, incluso, cuando Nolan empieza a mostrar cambios inesperados que descon...
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—Había querido aplazar esto lo más que pude, pero no puedo seguir ignorando el hecho de que dejaste huir a mi hija, aun en contra de mis órdenes —dijo Maximilian, mirando fijamente al chico de pelo negro y ojos miel sentado frente a él. La distancia que los separaba era la del escritorio de madera caoba.
—Lo sé, señor. Y de verdad lo siento. Pero creo que fue necesario —respondió Aiden. Manteniendo su postura. Maximilian no podía enterarse de su estado como infiltrado en la manada de lobos.
—Mi hija, la chica a la que dejaste ir ese día casi a su muerte, es muy especial. ¿Lo sabes, no es así? —espetó Maximilian.
—Es la primera híbrida cambiaformas de toda la historia —respondió Aiden.
—Y al ser una híbrida, nadie conoce realmente los alcances de sus habilidades o capacidades —devolvió Maximilian.
—Sé que fue algo estúpido, señor. De verdad lo siento —se obligó a decir Aiden.
—Si alguna persona con los mismos pensamientos de aquellos que crearon a los alterados fuera capaz de poner las manos en mi hija, las cosas se complicarían y mucho —dijo Maximilian, suavizando su tono.
—No fue mi intención causar problemas, señor —respondió Aiden. Intentando mantener un perfil bajo, para no ser expulsado de la manada. De ese modo su misión hubiera sido en vano.
—Sí, claro que no fue tu intención. Fue la de ellos —devolvió Maximilian con seriedad.
—¿Disculpe? —dijo Aiden, confundido por las palabras de Maximilian.
—Siempre has estado con ellos o solo eres un nuevo recluta —inquirió Maximilian. Analizando a Aiden.
—Disculpe, señor, pero no sé a qué se refiere —devolvió Aiden.
—Cuando llegaste a la manada buscando refugio me pareció muy extraño, no existen muchos cambiaformas leones exiliados, sobre todo cuando tienen increíbles aptitudes como tú, por eso decidí aceptarte en la manada, pero claro, fueron ellos los que te enviaron —respondió Maximilian.
—¿Quiénes? Lo siento, pero no estoy comprendiendo que quiere decir —devolvió Aiden, empezando a fallar en mantener la compostura. Se sentía descubierto y acorralado, todo al mismo tiempo.
—El quinto pilar —soltó Maximilian—. Veo que han estado haciendo de las suyas como siempre, y veo que han mejorado en sus tácticas, pero yo fui de los primeros, les costará mucho más tomarme por sorpresa.
Aiden mostró una expresión de sorpresa, para ser suplantada rápidamente por una leve sonrisa.
—Es cierto lo que dicen de usted, después de todo es Maximilian Henderson.
Maximilian sonrió un momento, se acercó un poco más hacia adelante y se acomodó. Sus manos entrelazadas sobre el escritorio.
—Ahora que nos hemos quitado las máscaras. Podrías decirme qué haces realmente en mi manada —soltó Maximilian. Interesado en lo que el chico tendría para decirle.
