Misión 14: Droga Púrpura

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Cuando ingresaron al restaurante, Boruto intentó sentarse junto a ella, pero Sosuke había sido más rápido y se adelantó empujándole en el proceso. Boruto recuperó rápidamente el equilibrio y luego de soltar una maldición, se colocó en la silla frente a ambos. Sarada no se había percatado de aquello, pues estaba muy concentrada acomodando su bolso en la silla.

—Ah, que buen lugar Sara —Sosuke dejó de llamarla con el “nee” y Sarada ya sabía lo que tramaba.

—Lo es, es un buen lugar —habló Boruto con una sonrisa que era más que falsa.

¿Podía golpearlo?

Probablemente no.

—Pidamos de una vez —sugirió Sarada.

Después de pedir, Sosuke nuevamente llevó su atención al rubio, quien parecía tenso. El pelinegro sonrió autosuficiente mientras se acercaba más a Sarada hasta chocar sus hombros.

—Dime… eh… ¿Cómo te llamabas?

—Boruto —el rubio trató de sonar lo más calmado posible —no creo que sea tan difícil olvidarlo.

—Es que no me parece muy interesante… me parece un nombre bastante… extraño.

—entiendo, el tuyo es muy simple.

Sarada trataba de parecer tranquila pero realmente estaba incómoda, jamás había visto actuar así a Boruto.

Sosuke no se dejó molestar y le sonrió —¿Y en qué trabajas exactamente Boruto?

—Soy parte de la seguridad del Ministro.

Sosuke puso una expresión de sorpresa —¿Hablas enserio? ¿Y no temes por tu vida? Siento que estar en ese puesto es jugarse el pellejo diario, digo, nunca se sabe, hoy estás aquí y mañana…

A Sarada le gustaba menos escuchar eso, así que cortó a su primo —Pero no tenemos que hablar de eso, hemos venido a comer, Boruto y yo tenemos un horario y tú tienes tus propias obligaciones ¿No? —dijo mirándole con advertencia.

Esa interacción no le gustó a Boruto, necesitaba saber cómo es que se conocían y quién er el para ella.

Carraspeó —Esta bien, puedo contestar —dijo con voz suave y miró al pelinegro con una sonrisa —Hace mucho que he perdido el miedo por algo, me gusta mi trabajo y cada día me esfuerzo por que no sea el último, sin embargo, soy consciente de los riesgos y estoy preparado para cuando el momento llegue.

Sosuke elevó una ceja —Vaya, que admirable —dijo mientras recargaba sus brazos en la mesa.

—¿Qué hay de ti? —indagó Boruto.

El pelinegro se dio cuenta de sus intenciones, bufó y regresó a su asiento separándose de la mesa —No soy muy interesante.

Boruto supo que no quería hablar y decidió ignorarlo, miró directamente a Sarada —Parecen muy buenos amigos.

La Uchiha le sonrió ¿Acaso era lo que estaba pensando? —Si, nos conocemos hace mucho, no vive aquí, apenas ayer llegó porque tiene un trabajo que hacer aquí ¿No es así?

El chico se encogió de hombros —No sé… tal vez, pero créeme que también vine porque quería verte —Sosuke le sonrió y le guiñó el ojo. La pelinegra rodó los ojos.

La comida llegó pero Boruto no despegó la vista de él, no después del coqueteo y que Sarada ni siquiera se incomodara y él tuviera una excusa para golpearlo.

—Uf, esto se ve delicioso —dijo ella ignorando la tensión en aquella mesa y concentrándose en su platillo.

Sosuke le miró de reojo y continuó con su broma, miró a Sarada con interés —¿A qué hora sales? Puedo venir a recogerte más tarde y llevarte sana y salva a tu casa.

"Mi deber, Protegerte..." #Naruhina y BoruSaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora