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[xxxiv. la boda] lover- taylor swift
El día llego.
Era 25 de Diciembre por la tarde.
Amber, CC y Hillary se habían vuelto locas razonando conmigo. Estaba rotundamente negada a usar vestido. Desde el principio, nuestra idea fue que ambos estuviéramos con nuestros uniformes de Hogwarts, dado que Amber ejerció presión sobre Sirius, habían elegido un esmoquin para el.
En cambio para mi, optaron por tres opciones diferentes. Un vestido con un corte que, según Hillary, se le decía Princesa. Las mangas era demasiado llamativas y la falda muy larga. Sin mencionar que era blanco, demasiado blanco.
La segunda opción era uno rojo, la menos favorita de mi hermana y amigas. Llegaba apenas al piso, con unas mangas largas acampanadas y un cuello medio alto que cubría todo lo necesario.
El último también era blanco pero un tono bastante apagado. No llevaba mangas y el escote era una V que llegaba hasta debajo de los pechos. La tela era de un encaje fascinante.
—El último. —Determiné con una sonrisa, esperando el reproche de mis amigas y hermana.
—¿El primero no te agrada? —Pregunto Hillary con un mohín en sus labios.
—Las amo. Y como lo hago mucho, les diré esto con todo el cariño de mi ser. —Me observaron las tres expectantes a mi declaración.— Voy a elegir lo que a mí me guste, no me presionen más. Suficiente es que dentro de ocho horas estaré oficialmente casada con el maldito Sirius Black.
Amber levantó ambas manos. —Está bien, lo capto. Lo siento, Nat. No era nuestra intención pero estamos demasiado emocionadas por lo que todo esto implica.
—¿Quien diría que la primera en casarse sería Nathalie? —Mi hermana lleva el orgullo en su voz.
—¡Y con Sirius! —CC se une a la conversación riendo.
—Pensar que decían odiarse. —Mi mejor amiga decidió hacer su aporte.
—¿Y cuando negaron haberse besado en el Lago?
—Bueno, ya entendí —Corte riéndome.— Ayúdenme a prepararme, por favor.
Las tres se pusieron en marcha rapidamente. Comencé a quitarme el uniforma, algo avergonzada por estar tan expuesta pero mentalizandome que eran mis amigas y mi hermana, no tenia porque sentirme asi. Mientras tanto, ellas tomaban el vestido y abrían la cremallera en la espalda.
Todo fue bien hasta que llegó el momento de que la prenda pasase por mi cuerpo. La talla era perfecta, el problema era que tenía tanta tela que se dificultaba acomodarlo. Despues de casi media hora intentando, logramos que quedara bien. Amber cerro la cremallera con delicadeza y la vi llorar cuando me volteé.
—Amber... —Susurré sin poder evitar que las lágrimas cayeran en mis mejillas también. No sabia que me pasaba en esos días pero cada mínima cosa era una excusa para llorar. Mis hormonas estaban alteradas.
