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[ii. descansa, nali]
hold me while you wait - lewis capaldi
Nada dentro de esa secuencia de situaciones podía salir bien, y fui muy consciente de eso desde el principio. Amber y CC insistían en hacerles una broma a James y Sirius.
Días atras, ambos mejores amigos nos lanzaron botes de pintura verde mientras entrabamos al Gran Comedor. Para nada gracioso, teniendo en cuenta que todo Hogwarts vió lo sucedido y río de ello.
Mis amigas continuaban enfurecidas por lo que querían devolverles aquella jugarreta haciendo algo todavía peor. Si te soy sincera, también yo estaba dominada por las ganas de hacerlo, a pesar de que sabía que nos traería más problemas que beneficios.
Asi, nos encontramos en la biblioteca donde planeamos todo de forma minuciosa, sin perder detalle. Susurrando, incapaces de estar en otro lugar que no sea allí, conseguimos armar el plan.
Como predije, todo salió horrible. El punto era echarles a James y Black dos baldes de aceite mezclados con varias sustancias asquerosamente pegajosas que, sin duda, tardarían bastante en quitarse pero, como era de esperarse, Peter llamó a Minerva y ella llegó tan rápido que terminó llevandose un poco de las sustancias.
—Oh oh. —Amber expresó.
Nos habíamos quedado escondidas en el rincón del pasillo donde, más adelante, ellos caerían. No analizamos el punto de que estabamos a quince pasos de la oficina de la anciana, de forma literal.
—Se los dije. —Me limité a responder encogiendome de hombros y esperando el grito de la jefa de nuestra Casa.
—¿Corremos? —CC preguntó.
—No lo val...
—¡BLACK, EVANS Y LUPIN! VENGAN AQUÍ.—Cada vez perfeccionaba su grito, haciendo que se oiga en todo el pasillo.
—Y allí está el grito de guerra tan esperado.—La pelirroja río ante mi comentario y, sin otra opción, avanzamos hacia McGonagall.
—No quiero oirlas. Desde hoy hasta el sábado, tienen dos horas de detención. Todos los días.—Cabe destacar que ese día era Lunes. Por lo que teníamos una semana entera de detención, por ende, perdiendo dos horas de clases.
A decir verdad, solía interesarme estudiar, claro que si. Remus me había inculcado la importancia del estudio en nuestro primer año, cuando me enseñó a estudiar sin memorizar y algunos trucos más que, me prometió, él le enseñaría a mis hijos.
Mi punto débil siempre fue Historia de la Magia, clase donde intentaba prestar atención pero la manía del profesor Binns de hablar sin siquiera hacer una pausa, me dificultaba la tarea.
