[viii. confesión]
let her go - passenger
Del armario, salió una réplica de mí.
Incluso con los mismos gestos que solía tener cuando iba a decir algo hiriente. Retrocedí dos pasos, logrando apoyarme contra la mesa más cercana. Mi figura repetía la acción que la madre de ellos, decía algo por lo bajo que solo Sirius podía escuchar. La mitad de los alumnos lo miraban a él y la otra parte me miraba a mí. Sentí como me hacía pequeña en mi lugar.El hecho de mi terror por la muerte de Sirius no fuera mi límite pero que yo fuera el Boggart de él, hubiese sido gracioso en otra circunstancia. En esa, me impulso para girarme e irme del salón. No tenía idea de a donde me dirigiría, pero era consciente de que no iba a quedarme allí.
Vagamente, logré recordar el camino hasta la Torre de Astronomía y corrí hasta allí. Cuando subí, me afligí al creer que estaba violando la privacidad del ojigris. El sentimiento se disipó más rápido de lo que llego cuando me senté en un rincón.
Las manos me estaban temblando, señal de iba a comenzar a tener un ataque antes de que pudiera evitar. Flexione mis rodillas y llevé la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados. Recordé lo que Remus me había enseñado; cerrar los ojos y comenzar a describir cualquier cosa que entrara en mi cabeza. El problema estaba en que lo único que podía ver era el cuerpo de Sirius y luego el mío, susurrándole algo.
Abrí los ojos, comenzando a buscar cosas físicas para describir. Empecé por las vistas que tenía desde allí. Veía el campo de Quidditch, con su césped cortado a la perfección. Alcanzaba a notar otra de las torres, donde suponía que dormían los alumnos de Ravenclaw.
No supe cuánto tiempo exacto pasó, pero era probable de que las horas estuvieran corriendo cuando noté como el sol comenzaba a ponerse por detrás de una de las Torres.
—¿Nali? —Sirius apareció por la misma escalera que había subido antes. Avanzó con paso lento y medido, asegurándose de que no lo mandaría a la mierda.
—Yo... lo siento. —Expresé mientras me levantaba. Pasé las manos por mi rostro y mi cabello— No quise ocupar tu lugar, solo necesitaba estar sola.
—¿Qué dices? No hay problema por eso. —Aseguró, caminando unos pasos más— Estaba preocupado. Te busqué por todo el Castillo.
—¿En serio? —La pregunta salió de mis labios antes de que la analizara en mi cerebro. Maldije mi maldita manía de ser tan impulsiva.
—Sí, claro. Yo... —El ojigris pasó la mano por atrás de su cabeza— Quería explicarte lo que viste...
—No hace falta, Sirius. —Negué mientras sonreía, en un intento de quitarle importancia a la situación.
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Inefable | Sirius Black.
Tarihi KurguDicen que el primer amor es lo más caotico y hermoso que puede pasarte. Nathalie y Sirius son la prueba viviente de ello.