Inesperado Corazón (#1M.M)

KAPITEL TIO

Capítulo 10

Piero

Ella esta enojada conmigo como siempre, no es más una novedad para mí, se que Tatiana no confía en mí por lo que pasó con nosotros, pero tendrá que hacerlo ahora, porque si quiere que ayudemos a su jefe e hijo tenemos que ver una persona que falsifique pasaporte y cedula. Debo admitir tenía dudas en llamar a Johan para que nos ayude y lo hice ¿Qué más podría hacer? A veces necesitamos de otras personas para que nos pueda ayudar ¿no?

— Tengo que ir al hospital — anuncia Tatiana, levanto mi vista y hago una mueca, trato de protestar, pero levanta mi mano.

— Es mejor que vaya para no levantar alguna sospecha. Les diré que pasa después — se excusa.

— Unos de mis hombres irá contigo — hablo de forma seria.

— No necesito tu protección, Piero — es lo único que dice antes de salir por la puerta principal.

Que mujer más terca, no ha cambiado para nada.

— Jonhson — llamo a mi hombre de confianza quien viene enseguida hasta mí.

— ¿Me llamó? — pregunta y asiento.

— Ve con la señorita Russo, que no te vea, solo vigila desde lejos — ordeno.

— De acuerdo, señor. Con permiso — dice y se retira del lugar. Percibo que alguien viene hacia mí, son unos pasos pequeños cuando veo a Amir que viene hasta mí.

— Buenos días — me saluda con una sonrisa.

— Buenos días — saludo al niño.

— ¿Y Tatiana? — cuestiona con interés cuando hablo presto atención de nuevo y miro hacia el pasillo, se hace presente el perro de Johan quien empieza a buscar a alguien, chilla y se va de nuevo, desaparece de la cocina.

¿Qué le pasa?

Horas más tarde...

El jefe de Tatiana, Johan y yo tratamos de tranquilizar al perro ya que está nervioso, no sabemos cual es el motivo de ello, no sabemos qué pasa con él. Nos percatamos los tres que alguien abre la puerta principal y cierra de un portazo.

— Piero Berlusconi ¿Qué carajos paso en esta casa? — grita con enojo Tatiana, los hombres me observan.

— ¿Qué hiciste? — indagan los dos hombres al mismo tiempo.

— Nada — contesto rápido.

— Quiero la casa limpia ahora mismo — ordena enojada.

— Vámonos, Chester. Es hora de tu comida — dice con un tono suave a su perro, nosotros abrimos la boca con asombro. La mujer se para antes de ir a su pieza.

¿Qué mierdas? El perro comienza a llorar lo cual su dueña empieza a mirarnos con enojo.

— ¿Qué esperan para limpiar este desastre? ¿tres hombres no pueden con un perro? Son unos niños sino limpian esto ahora, se quedan sin cenar — nos regaña. Escuchamos alguien viene corriendo, el pequeño chilla al ver a la mujer.

— Tatiana, llegaste — chilla eufórico.

— Así es, vamos a dar a Chester su comida luego hacemos la cena ¿Te parece? — pregunta y asiente el pequeño.

Ella sería una buena madre de mis hijos, no creo que ella quería volver conmigo ¿o sí? Un Berlusconi no se rinde en nada cuando termine todo esto trataré de hacerlo posible para que Tatiana Russo se enamore de mí.

— Tatiana ¿siempre fue así? — pregunta de la nada su jefe.

— Si — admito mientras miro las nalgas de la mujer que me tiene loco, sacudo mi cabeza y me percato que los dos hombres me miran en forma de burla.

— ¿Qué? — pregunto

— Tienes un poco de baba ahí — dice mi hermano mientras señala mi barbilla y el jefe de mi mujer se ríe, ahora que me acuerdo ese hombre nunca nos dijo su nombre.

— ¿Cómo te llamas? — cuestiono cambiando de tema.

— Me llamo Abdel Douglas y mi hijo Amir Douglas. Nos cambiamos el apellido en cuanto vinimos aquí — confiesa.

Tiene mucho sentido.

— ¿Por qué la policía te busca y porque quieren secuestrar a tu hijo? — cuestiono con seriedad, siento la mirada de mi hermano, los ahora vemos al hombre quien suspira y se sienta.

— Esperen un segundo, primero vamos a ordenar esta sala o Tatiana nos matara ¿Sí? — dice mi hermano rompiendo la tensión.

— Les contaré todo cuando terminemos de arreglar — dice Abdel y asentimos los dos.

Porque presiento que esto no nos va a gustar nada. 

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¿Presienten igual que Piero?

¿Tienen teorías de lo que pasará?

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