Capítulo 3

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     Luego de llamar a Jabi para saber como iba la empresa se dedicó por completo a lavar la mancha, le había tardado horas pero al final lo había conseguido,  puso a secar la camisa y después se dió una ducha.

Cuando estuvo duchada decidió ir a llevársela, por Juana supo que estaba en su cuarto.

Al llegar tocó la puerta

_ Adelante _ dijo él
Mari abrió la puerta para encontrarse a su hermanastro con el torzo semidesnudo y con una toalla envuelta en la cintura.

_ Creo que pensaste que era Juana, otra vez _ dijo ella algo nerviosa

_ Así es_ dijo mirándola con una sonrisa divertida

Las mejillas le ardían. ¿En serio?

Ese hombre la había visto desnuda y no se había puesto nerviosa, pero sin embargo ahí estaba ella a punto de salir corriendo por un torzo desnudo.

Contrólate_ pensó

_ ¿Qué necesitas?_ pregunto él

_ Vine a traerte tu camisa_ dijo tendiéndole esta__ Ya está libre de manchas

_ Está muy estrujada_ dijo él observando la camisa

Qué mal agradecido_ pensó ella

_ Creo que me la diste así

_ No, no te la dí así

_ Bueno de todos modos ni plancha traje_ dijo encogiéndose de hombros_ nos vemos_ dijo abriendo otra vez la puerta pero esta vez para salir.

Decidió pasar la noche estudiando un poco y le pidió a Juana que le llevara la cena a su habitación .

Ese noche durmió bien, no tuvo pesadillas.

Los tres días siguientes casi no vió a Alexander,en las mañanas cuando se despertaba ya él se había ido a trabajar y las clases de la Universidad habían aumentado hasta la sesión de la tarde. Apenas tenía tiempo para ducharse, comer y dormir y durante las cenas apenas se habían dirigido la palabra.

Una tarde cuando llegó a la mansión escuchó una voz de mujer que provenía del despacho de Alex, ella se disponía a subir las escaleras hacia su habitación cuando escuchó que salía a relucir su nombre en la conversación. Entonces caminó hacia el despacho el cual tenía la puerta abierta.

_ No puedo creer que esté viviendo contigo, esa chica es una mal educada pensar que su madre parece de la realeza y ella es toda una corriente, lanzó la cámara de mi asistente al agua en nuestras narices_ dijo Mariana

_ Creo que pagué eso_ dijo Mariangel arrecostándose al umbral de la puerta y saludando a Alexander con la mano en señal de provocación.

_ No todo se arregla con dinero_ respondió Mariana

_ Les dije que no me apetecía una entrevista

_ Aún así no tenías derecho, ahí habían tomas acabadas de hacer y las arruinaste  tuvimos que repetirlo por tu culpa.

_ Tú arruinaste mi almuerzo

_ Recuerdo ver como te lo comías en tu coche

Mariangel le sonrió de manera inocente y se encogió de hombros  para luego marcharse. Dejando a una Mariana más que enojada

Nunca Te Dije Que Te QueríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora